FOTOS: ÉRIK ESTRELLA

Pocas, escasas almas en pena asistieron al estadio Azteca, la estación central de la Máquina se asemejó al cementerio que está al lado de la Noria.

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Con Cruz Azul en estado de coma, con mínimas posibilidades de Liguilla tras la goleada de Morelia a FC Juárez, en pleno Halloween y con un clima gélido, los seguidores cementeros prefirieron quedarse en casa.
La explanada principal, la que está sobre calzada de Tlalpan, estuvo casi vacía. Hubo más gente en la parada de autobuses que en la taquilla del lugar.

“Garritas”, vestido como Michael Jackson en su vídeo de Thriller y “Blu” caracterizado del payaso Pennywise, intentaron levantar el ambiente. Las mascotas del León y Cruz Azul, cordiales con todos, fueron el centro de atención. Ellos le dieron vida a un sitio desolado.

Las “Catrinas” se esperaban en buen número, sin embargo, fueron nulas. Los trajes de horror tampoco aparecieron. Un seguidor celeste pintado de “muerte” fue todo lo que se observó en el tétrico lugar.
Seguidores esmeraldas, entre ellos varios ticos que fueron al lugar para arropar a su paisano Joel Campbell, estuvieron alegres en las gradas.

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El juego arrancó, pero la entrada no mejoró. La zona de prensa, siempre con problemas WiFi por la cantidad de gente que se aglomera detrás, operó con normalidad. No hubo nadie más.

A espera del informe oficial, Cruz Azul registró tal vez su peor entrada del torneo.