A lo largo de la historia, muchos clubes disfrutaron la gloria de nuestro balompié, pero hoy no existen. Algunos otros pasaron sin pena ni gloria, pero se les recuerda en este día de muertos. Desde el Deportivo Marte hasta Lobos BUAP, con algunas escalas, como las de los olvidados Atletas Campesinos y Tecos UAG.

En determinado momento formaron parte de la Primera División del futbol nacional, pero hoy sólo quedan cenizas o recuerdos. Mientras algunos desaparecieron, otros tocaron fondo antes de resurgir, como los Tecos, que actualmente militan en la Liga Premier de la Federación Mexicana de Futbol, muy lejos del sitio que ocuparon algún día.

Si alguien sabe de las escuadras que cierto día habitaron el máximo circuito e incluso triunfaron, pero ya no están, ese es Raúl Orvañanos Marín. El ex guardameta del Atlante, ahora cronista y comunicador en diversos medios, rememoró junto con ESTO, de forma agradable, la historia del Marte, que llegó a tener como casa el mítico estadio Azteca, aunque nunca logró tener el arraigo suficiente para subsistir.

“Nunca tuvo el arraigo en la capital para competirle al Atlante, Necaxa y América, que eran los equipos de la capital. Esa fue la razón por la que el Marte no pudo seguir”, comenta. “Fueron equipos que nunca lograron afianzarse en la popularidad de la gente. Al Marte no me tocó vivirlo tanto, era muy niño, pero jugó en la Ciudad de México y después se fue a Cuernavaca; ahí salió campeón. Fue el primer equipo que Nacho Trelles sacó campeón”, añade Orvañanos.

Entre el mar de equipo que desfilaron por el máximo circuito de la ahora Liga MX, brota en la memoria el Atlético Español, franquicia que intentó simular lo que el Club Asturias hizo antes que ellos, pero tampoco consiguieron la identificación del pueblo mexicano o, en este caso, del español. “El Atlético Español es otro caos. La intención era muy buena y compraron al Necaxa. La idea era hacer un equipo de arraigo con la comunidad española en México, como ya había pasado con el Asturias hace muchos años, pero no lo consiguieron. No pudieron mantener al Atlético Español y quitaron muchos aficionados del Necaxa, por lo que dañaron ambas franquicias”, comenta Raúl, con la nostalgia en la mirada.

Orvañanos también trajo de la tumba al Atlético Español, y la historia de los viejos equipos de Jalisco. Para él fueron buenas instituciones, con directivas serias, pero que no se supieron mantener dentro del duro camino de la Primera División. “Al que mejor le fue, sin duda, fue al Atlético Español. Ahí jugué un año, pero llegó el equipo a disputar finales en el estadio Azteca y clasificaba a instancias finales. Tenía la contra de ser visitante siempre, porque no tuvo arraigo. Era de los equipos mejor organizados. Al Jalisco también le fue bien, que apareció en lugar del Oro, equipo que peleaba con las Chivas y que tenía mucho arraigo. Apenas comenzó a formar afición, pero desapareció”, recuerda.

Muchas de las instituciones que hoy ya no están, desaparecieron, porque no lograron ese ‘click’ con la gente. Una de las cosas más complicadas es crear ese sentido de pertenencia en la ciudad que quieran desenvolverse. Orvañanos cree que puede haber muy pocos casos de éxito y muchos de fracasos, como el de Necaxa en Aguascalientes o el Atlante en Cancún, a muchos kilómetros de donde se generó su historia.

“Una franquicia nueva, o que se arraiga en una ciudad, es muy complicado. Ahora tenemos el ejemplo del Necaxa en Aguascalientes. Los Rayos tienen un buen equipo y a una directiva muy seria, que trabaja muy bien. Ahora pelea un liderato, pero la gente no asiste a verlos. En esa zona, muchos son del América, Chivas o Pumas. Pasa lo mismo con Atlante. Sacar a los equipos de su ciudad y arraigarlos en otro lado, es casi una misión imposible”, piensa.

El equipo que la calaca tiene en la mira ahora es el Club Tiburones Rojos del Veracruz. Entre malos resultados y malos manejos de su dueño, Fidel Kuri podría ser el siguiente club que alguna vez estuvo en la cima del futbol mexicano, pero que desaparece, deja sin trabajo a gente, sin su pasión a la afición y apenas navegará en la mente de todos, como lo que un día fue.

Todos sufren el dolor del adiós

Cuando una franquicia se va, sufren todos. Los jugadores y personal del club, por su futuro, pero los aficionados por su pasión que, rara vez, logra volver. La situación más reciente que vivió el futbol mexicano fue la de Lobos BUAP, franquicia que de un torneo a otro no vio más acción. La venta a Juárez dejó a mucha gente sin trabajo y a unos cuantos miles sin su actividad favorita de cada 15 días.

“En el caso de Lobos, que es lo más reciente, cuántos futbolistas no tenían su casa en Puebla, a los niños en la escuela de la ciudad, pero de la nada compran la franquicia y te dicen que ya no existe más. Los que pudieron arreglarse en otros equipos, qué bueno, pero mucha gente se quedó sin trabajo. No sólo son futbolistas, sino los administrativos y los que no salen al campo. Son golpes muy fuertes”, analiza Raúl Orvañanos, al hacer memoria de los múltiples clubes desaparecidos, en charla con ESTO.

Son pocos los finales felices cuando una franquicia muere. El claro ejemplo son los actuales Bravos de Juárez, que ya pasaron por algunas metamorfosis entre Cobras e Indios, pero la aceptación de la gente se mantiene. “Los Indios de Juárez es otro ejemplo. Se fueron y apenas regresaron con los Bravos, pero es un caso muy especial. Pasaron las Cobras, los Indios y ahora los Bravos, pero los tres tuvieron la misma adaptación con la gente. Esa plaza está muy arraigada y les ha ido bien, contrario con la suerte de otros equipos”, apunta el experimentado cronista deportivo.

Aún en la memoria, los clubes de antaño

¿Quién, que pinte canas, no recuerda al Oro, que después mutó en Gallos del Jalisco, o al Marte e, incluso, a los Atletas Campesinos? Echemos una repasada por la historia de los equipos idos del balompié nacional.

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ORO DE JALISCO 1923-1970

Equipo de joyeros tapatíos que nace en 1923. Entró a la Primera División en la temporada 1942-43, aunque quedó último de la tabla. Su único título fue en el torneo de 1963, de la mano del húngaro Arpad Fekete, frente a Chivas. Su desaparición sucedió en 1970, cuando se vendió la franquicia y se cambió el nombre a Gallos de Jalisco.

DEPORTIVO MARTE 1929-2001

Patrocinado por la Secretaría de Guerra y Marina apareció el Marte, que pidió su ingreso a la Federación Mexicana de Futbol tras pasar por varios cambios de nombre. En 1929 sólo sufrió una derrota y se llevó el título de campeón. El segundo campeonato llegó en la 1942-43, después de 14 años de sequía, con una victoria de 1-0 sobre el Moctezuma de Orizaba. En la 1953-54, al mando de Ignacio Trelles, logró coronarse por tercera ocasión en su historia, y por primera vez en el máximo circuito profesional. En 2001 fue el último intento por revivir la franquicia… no prosperó.

ATLETAS CAMPESINOS 1977-2012

A finales de los 70’s, Armando Presa compró el equipo Estudiantes de Querétaro y cambió su nombre a Atletas Campesinos. Jugó dos temporadas en la máxima categoría del futbol mexicano; para la campaña 1982-83, el equipo fue vendido al STPRM (Sindicato de Petróleos Mexicanos) y llevado a la ciudad de Tampico, para formar así el Tampico Madero FC. A finales de 2012 tuvo problemas administrativos y volvió a desaparecer para convertirse posteriormente en la franquicia de Cobras de Querétaro.

ASTURIAS FC 1918-1950

Un grupo de asturianos, encabezados por José Menéndez Aleu, Ángel H. Díaz y Antonio Martínez Cuétara, se reunieron para fundar el club en la Ciudad de México. Al coronarse en la temporada 1922-1923, el Asturias se convirtió en el primer campeón del futbol mexicano. Hasta hoy conserva la marca como el mayor ganador de torneos de Copa hasta la actualidad, con ocho títulos. El club desapareció por problemas políticos hacia el sector ibérico.

OTROS DESAPARECIDOS

Indios de Juárez 2005-2012

Lobos BUAP 1967-2019

Ángeles de Puebla 1984-1988

Colibríes de Morelos 2002-2017

Toros Neza 1991-2015

Tecos Futbol Club 1971-2014