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Mira

10, noviembre 2019 - 23:12

┃ Miguel Angel García

nota-joselito

Si la fiesta de toros es una puesta en escena, la de este domingo en La Plaza México tuvo como protagonista a un ganadero masoquista y a una gran figura de España, conformista; hubo muchos platos rotos, una cuenta gorda que al final pagaron los matadores mexicanos, porque no hubo toros para crear faenas que hicieran lucir. Esto, a capricho del ganado que se lidió de Bernaldo de Quirós, sin ton ni son, que pidió Morante de la Puebla. Eso es una cosa, la otra es el toro vivo que se le fue vivo a Ernesto Javier Calita al no poderlo matar, esto se llama fracaso. El titulo que porta dice: Matador de Toros. No hay pretexto para decir que está en proceso de aprendizaje. La oreja de peso fue para Joselito Adame al inventarse una faena por completo y pasaportar de manera fulminante.

No es grato que el público tire improperios recios al ganadero, no esta vez, sino cada vez que lidia en la México por lo regular; el público capitalino tiene cierto hastío por este ganado, pero al criador pareciera no preocuparle. Morante se conforma con poco, pide ausencia de bravura a cambio de toros sin casta, sin emoción ni nada que trasmita, pero tiene la novela hecha: un par de capotazos, dos muletazos -espejitos- y la gente le responde extasiada. Luego corta una oreja y listo, conformidad total. Faena medianona, o menos, para salir del paso. No está a juicio su expresión taurómaca, pero sí su propia exigencia ante lo que lidia en México.

Adame, con su extraordinario bagaje e inteligencia, sacó agua de una piedra al crear una labor intensa, de mucha garra y destacando su oficio; dirán que fue faena bullidora, lo cierto es que los Bernaldo son para toreros con mucha cabeza, porque hacerles no lo hace cualquiera. Y, poniendo toda su capacidad, Adame logró hacer valer de más al oponente. Oreja de gran peso, sin duda. Pero en su segundo astado no se salvó de la quema, pues no le funcionó el socio ni para una serie completa.

Ernesto Javier Calita pagó la cuenta prácticamente, pues no consiguió casi nada ante los dos inservibles astados que lidió y el segundo se le fue vivo. Terrible. La pregunta es: ¿cartel con figuras o cartel con ganado bravo? La respuesta ahí está, ir cómodo, por ahora, no funciona. Con una mayor capacidad seguro que le hubiera podido hacer algún festejo a su lote, pero no es complicado adivinar lo que pasará si se le echa vuelta al pasado. Bernaldo de Quirós es como La México, da y quita. Gracias a Dios no hubo toro de regalo y eso ya es ganancia.

Lo que es innegable es el grito desesperado de la gente que pide bravura y presencia en los toros. Porqué tener que hacer este tipo de tramites en una temporada, cuando en el campo hay más ganaderías, no necesariamente conocidas, pero que seguro serían novedad y variedad en comportamiento. La entrada no fue mala, pero la gente no creo que haya salido muy alentada.

 POR IGUAL

Los de Bernaldo de Quirós: el primero saltó al ruedo buscando huida y no sirvió para el torero al ser contra estilo, pitos. Segundo, descastado, sin calidad. Tercero, invalidó, pitos. Cuarto, descastado, deslucido, pitos. Quinto, peleó con fuerza hasta tumbar al picador, bravucón. Sexto, descastado. De presencia estuvieron justos.

ESPEJOS POR MAGIA

Morante de la Puebla atendió al socio en lances de recibo, pero sin acomodarse por la violenta acometida del astado. Con muleta en mano, el toro fue inservible para la inspiración del maestro, así lo evidenció el torero al abreviar su labor. Pinchazo y estocada.

Al segundo de su lote lo protestaron debido a que se quedó parado cuando saltó al ruedo, pero Morante acalló todo con sus lances de recibo de muy fina exposición. El toro dijo muy poco en bravura, casi nada; Morante se sintió a gusto, tuvo lo necesario para extraer pases en su estilo, medianones en comparación con otras tardes, pero fue suficiente para que la gente se desbordara. Vaya cosas. Despachó de estocada para cortar una oreja.

SERIEDAD

Joselito Adame no se la pensó dos veces y recetó dos largas cambiadas de rodillas pegado a tablas, luego templó extraordinariamente en verónicas con las manos muy bajas, muy lento toreó el hidrocálido, de antología; bregó al socio frente al picador para rematar con quites por gaoneras de excelso trazo. Tremenda su intervención con el capote. Con el sitio que se carga el matador, la experiencia y el deseo de seguir como figura, se montó literalmente en el astado para hacerle fiesta; muy por encima estuvo Joselito, cuajando series muy bien estructuradas, contando con un astado descastado y de muy poca calidad, pero el torero lo hizo valer como el mejor, extrayendo tandas milagrosas, pues lo metió en la canasta gracias a su largo bagaje. No fue la gran labor artística, pero sí el ejemplo de un torero que le hace faena hasta a una piedra. Mató recibiendo de estocada entera, letal. Oreja con fuerza y sonó Pelea de Gallos desde las alturas, a cargo de la banda musical.

Otro animal a menos de medio gas tuvo Adame como segundo de su lote, reservón, bravucón, sin nada que ofrecer para el toreo que hace vibrar. Buscó embestidas el hidrocálido, se pegó un arrimón de miedo, pero cuando no hay bravura tampoco hay mucho mérito. Aplausos.

SABOR AMARGO

Ernesto Javier Calita no tuvo tela para lances de recibo, el astado salió al ruedo y se quedó parado por completo. Tras el trámite del picador y las banderillas, Ernesto comprometió su labor al brindarla al respetable, pero fue el mismo cónclave que le terminó chiflándole para que abreviara su labor al no haber toro que hiciera valer al propio matador. Javier estuvo empeñoso, machacón, arrimándose para hacer embestir al socio, pero el de Bernaldo jamás dio de sí. Mal con la espada, concluyó de certero descabello y no se salvó del aviso.

Cerró plaza con otro astado sin ton ni son, escaso de condiciones para lucir y con ello poder triunfar. Y Calita pechó con este animal, sin opción alguna. Intentó pasaportó de espadazo y varios descabellos, se le vino todo el broncon cuando se dio a hacer picadillo con la espada de cruceta, así hasta escuchar los tres avisos. Así es la fiesta, ingrata unas veces, increíble otras. Calita es ejemplo de constancia y profesionalismo, algo como esto no es grato para nadie, pero seguro avivará el celo del torero.

 

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