Decidió la última salida, extrema, pero no le quedó más. El matador Lorenzo Garza Gaona se postró desde este lunes a un costado de la puerta principal de La Plaza México, con el objetivo de hacer una huelga de hambre hasta que la empresa del coso no le firme su contrato para poder confirmar su alternativa, en la segunda parte de la actual Temporada Grande. Lorenzo no ha probado alimento y no habrá poder que lo mueva de ahí. Aficionados han llegado hasta el lugar para mostrarle su apoyo, de igual modo alguno que otro torero.

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“No es lo indicado, pero llevó dos años y medio buscando la oportunidad y no he tenido respuesta; no he dejado de prepararme, vivo en una ganadería alistándome a diario y no veo una respuesta a mi esfuerzo”, señaló el matador a ESTO, ayer por la noche en las afueras del gran caso.

“No me moveré hasta tener un contrato y en ese sentido sé que debo de responder a la empresa y a la afición, de lo contrario, si fallo, me cortaré la coleta, por que no puedo defraudarme de esa manera”, apunto categóricamente.

“Pero hago esto por que sé que puedo salir a hombros, de lo contrario me dejo de tonterías”, añadió Lorenzo, un torero que posee un peso en la sangre por tener parentesco con dos figurones del toreo que pertenecieron a la llamada época de oro del toreo mexicano: Rodolfo Gaona y Lorenzo Garza.

El joven diestro tiene una vida acomodada, ha escrito un libro y cuenta con una licenciatura.
“Pensar en hacer esta huelga me costó mucho trabajo y noches sin dormir, puedo estar cómodo y vivir sin preocupaciones, pero soy torero y quien lo es sabe por qué lo hago; la empresa es muy humana y seguro que entiende mis razones”, remató.

La noche pintó para helada, estaba solitaria la calle de Holbein. Solo Lorenzo, una pequeña casa de campaña, una silla plegable y la “Señora de Insurgentes”, muda testigo del sufrimiento de uno de sus hijos.