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Mira

13, noviembre 2019 - 20:11

┃ Javier Juárez

Mexico's coach Jesus Ramirez (L) and a player hold up the U-17 World Cup trophy at the international airport in Mexico City

POR JAVIER JUÁREZ

FOTOS: ARCHIVO ESTO

Enjaulado en Ciudad Universitaria, atareado con múltiples reuniones con la directiva auriazul, Chucho Ramírez, luego de intentar comunicarse con él varias veces, él regresa la llamada: “Disculpa, todo el día he estado ocupado, pero quise parar, dime”.

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La insistencia por platicar con Chucho es clara, él en Perú 2005 con el Tricolor Sub-17, echó a Holanda en la ronda de semifinales, la misma instancia que 14 años después se repite: “Tengo claras esas imágenes, fue el último partido antes de la final, desde el primer día que tomé el reto tenía en mente ser campeón del mundo”, retrocede en el tiempo y cuenta.

Jesús cree que el trabajo mental pesó: “No era cuestión de futbol sino de mentalidad, el equipo hizo un gran trabajo, fue el resultado de una preparación que comenzó en 2001. Ese día la charla fue corta, sólo fue para recordar pocas cosas, todo el trabajo estaba hecho”, relata.

Entrado en la plática, olvidándose de la encrucijada felina, Chucho cree que México puede repetir la historia, la Naranja Mecánica es un obstáculo que se puede saltar: “Yo le veo grandes posibilidades a México de avanzar a la final, la verdad no pensé que Holanda llegara a semifinales, fueron un desastre al comienzo, no los vi lejos, pero mejoraron”, desmenuzó.

La Oranje corrigió, están entre los cuatro mejores equipos del mundo, pero ni con eso les basta para superar al Tricolor: “Es un partido ganable para México, cada partido tiene una dificultad, pero se puede ganar, pasa más por la mentalidad”, insiste.

Ramírez comparte el pensamiento de César Villaluz y Ever Guzmán, los que desarmaron a la Naranja Mecánica en Chiclayo hace 14 años, Holanda se preocupa de los verdes: “Creo que los rivales se han acostumbrado a que México esté en las últimas instancias, dejamos de ser el equipo débil, ellos nos ven como una potencia”, presume. “No creo que México tenga problemas para avanzar”.

Jesús, como vidente y romántico, imagina la misma final del 2005: “La otra llave estaba más complicada, Brasil y Francia los veo en otro nivel, pero así tocó el calendario, ni modo, creo que se puede repetir la historia, Holanda en semifinales y Brasil en la final”, dijo.

Luego de ocho minutos de plática, con la batería del teléfono agotándose, Chucho recalcó su anhelo: “Sí veo a México en la final, ojalá que llegue Brasil para que se repita el partido”, dijo Ramírez antes de volver a sus labores. Pumas lo necesita.