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1, diciembre 2019 - 23:47

┃ Jorge Briones

New England Patriots v†Houston Texans

Otro batacazo para los Patriotas de Nueva Inglaterra.

El calendario de los vigentes campeones de la NFL se complicó y empezaron a llegar las derrotas, con la segunda en las últimas semanas al ser sometidos en el NRG Stadium por los Texanos de Houston que se impusieron 28-22 en el cierre de la jornada dominical.

Los quarterbacks atléticos, que son capaces de mover las cadenas tanto por tierra como por aire, se están convirtiendo en la kriptonita para los pupilos de Bill Belichick. Deshaun Watson tuvo una gran actuación contra una defensiva que lució inoperante a partir del segundo cuarto.

De hecho fue Nueva Inglaterra el que abrió el marcador con un gol de campo en la primera serie ofensiva de Kai Forbath; a partir de ese momento Houston consiguió 21 puntos en fila. Tres envíos a la zona prometida de un Watson que le encontró el modo a la secundaria rival, la misma que en las primeras semanas se cansó de hacer jugadas grandes.

Ya en el complemento, los Patriotas opusieron un poco de resistencia. Primero con dos touchdowns de James White, uno por tierra y otro por aire, justo antes de que Deshaun Watson culminara la obra con una anotación de seis yardas en dirección de DeAndre Hopkins para el 28-15 parcial.

Todavía la visita iba a hacer más decoroso el resultado con el tercer envío de Tom Brady a la zona prometida, éste en dirección de Julian Edelman. El tiempo se agotó y los Texanos se quedaron con una victoria que los mantiene en zona de playoffs como líderes de la división Sur de la AFC (8-4).

A su vez, Nueva Inglaterra cedió la cima de la Conferencia Americana al ser alcanzado por los Cuervos de Baltimore, ambos con registro de 10-2, pero cada vez lucen con más falencias con respecto a la máquina que arrollaba a sus rivales hasta hace un par de semanas.

Además, Deshaun Watson se convirtió en el primer jugador desde Jim McMahon en 1985 en lanzó tres pases de TD y tuvo una recepción de anotación en el mismo juego. También fue el cuarto jugador en la historia de la NFL en lograr esta hazaña, uniéndose a McMahon, Frank Ryan en 1960 y Ray Buivid en 1937.