Toda boxeadora tiene una historia de vida diferente. En el caso de la monarca mundial de peso paja o mínimo de la WBA, Anabel Avispa Ortiz, su entrada al mundo de los golpes se dio al ser obligada por las circunstancias.

“El boxeo lo tomé porque, además de que era muy peleonera, siempre viví mucha violencia intrafamiliar. Comencé a aprender para poder defender algún día a mi mamá. Llegó el momento en que aprendí y ese coraje que traía lo sacaba en el ring, en el gimnasio. Fue lo que inspiró. Me ayudó mucho en mi parte emocional, el poder expulsar todo dentro del boxeo”.

—¿Qué te deja estar con otras seis monarcas del mundo?

“Es una experiencia bonita, siempre lo he dicho, somos campeonas del mundo y ver la humildad, la sencillez de cada una, nos lleva a querer seguir con nuestros logros y seguir luchando. Yo las admiro mucho, por su capacidad, por todo lo que hacen, y aunque sea un pequeño momento, lo pasamos en forma muy grata”.

—¿Qué te pareció reunirte con ellas?

“Son cosas muy padres, porque siempre estamos acostumbradas a entrevistas solas y cuando estamos juntas, nos platicamos en 10 o 15 minutos todo el año que hemos estado trabajando”.

—Eres la que echa más relajo.

“Yo con ellas convivo mucho, me llevo muy bien con todas. Siempre las he admirado y siempre he reconocido su capacidad, y creo que llegar con entusiasmo, con esa alegría que ustedes siempre me ven, es lo mejor”.

“(Falta el nombre) fue mi primer entrenador, en amateur, y posteriormente lo fue Rubén Lira, quien me hizo dos veces campeona del mundo. Con él hice dos defensas de peso paja y ahorita es Manuel López. Ya tengo seis años y medio en el trono, lo ganamos con Lira allá en Japón y e hicimos la doceava defensa, en La Paz (BCS)”.

¿Cuándo volverás a pelear?

“Vamos a hacer una defensa el 2 de febrero en China. Sumando eso, vamos a ver si damos el paso a minimosca, porque aunque seamos campeonas del mundo, debemos fijarnos nuevas metas”.

La campeona Ortiz nos hizo una revelación.

“Voy a los clasificatorios para los Juegos Olímpicos de Tokio, del 20 al 24 de enero, estoy trabajando para ello. Tengo la fortuna de que Telmex me volvió a becar, y ya nada más es sumar; ganar esta clasificatoria para poder ir a China a defender (mi título de la WBA) en febrero. Vamos a tener un año muy activo”.

—¿No te afectará perder en el clasificatorio?

“Estoy consciente de ello. Siempre tuve la ilusión de poder ir a unos Juegos Olímpicos y ahora se nos presenta la oportunidad. Yo creo que el boxeo es pasión, yo sé que no voy a cobrar ni un peso, pero el deporte cuando se ama, se ama. Por representar a mi país estoy dispuesta a enfrentarme con rivales que sabemos que son fuertes. Aunque sean amateurs, que dicen ser, pero la verdad es que tienen una lona muy recorrida. He boxeado con las del Comité (Olímpico Mexicano) y son excelentes boxeadoras. Ni modo, tengo que arriesgarme, pienso que la que no arriesga no gana, y voy a ganar más que perder, aunque pierda en alguna pelea con ellas”.

-¿En qué peso?

“Voy hasta 51 kilos. A mí me conviene, ahorita estoy en 55 kilos, no estoy muy elevada. Siempre se me ha visto el cuerpo más grande, pero en realidad creo que el hueso no me pesa para dar los 47 (del peso paja)”.