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Mira

11, diciembre 2019 - 19:40

┃ Rubén Rodríguez

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Foto: Ramón Romero

El partido amistoso entre Ronaldinho y sus amigos a disputarse en punto de las 20:00 horas en Cancún, Quintana Roo corre peligro de cancelarse debido a que el astro brasileño aún no ha cobrado el pago correspondiente por su participación en este compromiso.

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A pocos minutos del arranque del partido, el ex del Barcelona no ha saltado a la cancha y cada instante que pasa los rumores de que no se presente al partido son más grandes.

Ronaldinho tuvo poca paciencia en firma de autógrafos

El día había llegado, hubo aficionados que se quedaron a dormir desde la noche anterior en las afueras de la fundación YANTRA, todo con la ilusión de obtener el autógrafo de su gran ídolo, Ronaldinho Gaucho, quien sin más explicación los dejó con un palmo de narices sin importar lo que tuvieron que hacer para estar unos segundo frente al astro brasileño.

La convocatoria para la conferencia de prensa abierta al público del ex jugador brasileño surtió efecto, cientos de personas hicieron una interminable fila que se extendió, incluso por dos kilómetros sobre la avenida BonamPak, en la Plaza Península, en donde el horario de llegada del invitado de honor estaba programado para las 13 horas.

Se llegó la hora pactada, el tiempo seguía su marcha, la gente no mostraba ninguna molestia, pese a estar debajo de los rayos del inclemente sol que se dejaba sentir a esa hora en este centro turístico; los seguidores tuvieron paciencia.

Pasada de una hora de lo programado, todo se mantenía en calma, nadie abandonaba su lugar y esperaban a Ronaldinho sin decir absolutamente palabra alguna.

Por fin llegó el invitado, saludó generosamente a todos los asistentes y con una enorme sonrisa, disfrutando del tradicional Cielito Lindo que interpretaba el coro de la escuela de arte de Cancún, se sentó a responder las preguntas que la prensa le haría, pero… ¿Cuál fue la sorpresa?

No contestó un solo cuestionamiento, repentinamente se levantó y empezó a saludar a quienes estaban en el estrado para después de unos minutos sentarse a firmar autógrafos.

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Las sorpresas no terminaron ahí, solamente quince aficionados fueron los afortunados que lograron tener la ansiada firma, ya que de manera intempestiva Ronaldinho se levantó, abandonó el lugar y no se supo nada más de él, así que quienes estuvieron esperando horas completas a que les firmara su playera, balón o lo que fuera, tuvieron la oportunidad de verlos tan sólo nueve minutos. El resto de los seguidores se fue con las manos vacías y con un malestar muy profundo.

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