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16, diciembre 2019 - 12:54

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POR RAFAEL HUESCA Y RUBÉN BERISTÁIN

FOTOS: ARCHIVO ESTO

Abraham González fue claro y directo. El mediocampista dio a conocer el calvario que vivió los últimos meses en los Tiburones Rojos de Veracruz y se sinceró con el Diario de los Deportistas.

El ambiente futbolero terminó para Veracruz y el balón ya no rodará más en el estadio Luis Pirata Fuente, pero absolutamente nada es casualidad. Cada uno de los jugadores escualos vivió momentos difíciles en este 2019 por la falta de pagos que sufrieron y condiciones deplorables que no los dejaron disfrutar su eterna pasión por el deporte de las patadas.

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Uno de ellos es el español de 34 años. Hace exactamente cinco meses fue presentado en el Puerto como contratación estelar, pero nunca se imaginó lo que le esperaba.

El mediocampista expresó su dolor por la gran afición veracruzana, a la que llegó a querer por su fidelidad al equipo en todo momento, a pesar de todo.

“Fue un torneo raro y complicado porque las condiciones en las que entrenábamos eran precarias, incluso nos bañábamos en casa porque no había agua ni luz. Que eso se viva en un club de Primera División es una pena, porque es una excelente plaza y una afición muy futbolera”, expresó el español.

“El estado del CAR no era el ideal, no lo cuidaban. El césped nos llegaba hasta los tobillos y no son condiciones para entrenar. Son cosas pequeñas, pero que eran muchas”, añadió con un toque de melancolía en cada una de sus palabras.

La situación era tan mala que hasta el servicio médico de la institución sufrió consecuencias. “Ellos siempre fueron profesionales con lo que tenían, pero nos faltaban medicinas, las teníamos que comprar nosotros la mayoría de las veces, algún compañero se tuvo que juntar en otra casa porque ya no podía pagar la renta, eso no deja a los jugadores estar al cien, cosas que nunca había visto ni pensé que pudieran pasar en el futbol profesional”.

Es una realidad que el tema principal siempre fue el primer equipo, ellos se llevaron todo el protagonismo, pero tanto las categorías inferiores de la institución, así como el equipo femenil también sufrieron deficiencias, incluso más complicadas.

“Hubo un chavo de la cantera que fue a entrenar y empezó a vomitar agua, nos dijo que no había comido en dos días, Colin (Richards) se lo llevó después para que comiera algo. Cuando nos reunimos con la femenil y otras categorías nos enteramos de todo. Las jugadoras nos dijeron que les debían tres meses, con sueldos muy bajos y que les estaba costando sobrevivir. No tenían agua para rehidratarse ni sitios donde cambiarse”, aseveró el jugador, que siempre estuvo al pendiente de cada caso.

El contención ibérico fue contundente y, a pesar de que Fidel Kuri negó varias situaciones, cada una de ellas fue verificada por el propio Abraham.

“El Club ha querido tapar muchas cosas, pero todo ha sido cierto. Por eso decimos que tuvimos mucho mérito por lo que hicimos”, finalizó.

NO HAY PAGOS 

Abraham González es un profesional en toda la extensión de la palabra. En el Apertura 2019 disputó 13 encuentros con Veracruz, sumó 960 minutos y, fiel a su costumbre, sudó cada uno como si fuera el último en su carrera por las canchas. Ni siquiera la falta de pagos que vive, hasta ahora, lo alejó de su propósito de dar el todo por el todo por la institución que confió en él. Sin importar nada, defendió a los jarochos hasta el final.

“Desde que llegué no he cobrado nada. Fue una falta de respeto porque nosotros en todo momento nos comprometimos por el club, dimos la cara cuando ellos no cumplían con lo que tenían que cumplir”, admitió con severidad.

Fueron varios los jugadores que optaron por deslindarse de la institución veracruzana antes del partido de la última jornada ante Chivas. El peruano Iván Santillán, el chileno Bryan Carrasco, el uruguayo Sebastián Rodríguez y el español, hicieron sus maletas y dijeron adiós. No lo hicieron por falta de profesionalismo, simplemente exigieron sus derechos y al no verlos reflejados en sus cuentas bancarias, eligieron lo justo.

“Los que nos fuimos, sencillamente fue porque metimos una demanda, se rescindió nuestro contrato con el club, fue tan simple como eso. Por eso dejé de entrenar. Salió la sentencia y en acuerdo con nosotros”, aclaró a ESTO.

“Metí la demanda, me fue bien, pero todavía me tienen que pagar los cinco o seis meses que he estado aquí”, subrayó.

Antes de eso, el presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla, visitó el Puerto y le dio un seguimiento puntual al caso. González aceptó que la Femexfut les dio un abono del fondo, pero que fue muy pequeño.

“La Federación nos intentó ayudar, de los pocos, pero es muy mínimo. Vino Bonilla varias veces, nos adelantó un pago, fueron los únicos porque del club nos recibimos ninguna respuesta”, ratificó.

Sin embargo, los pagos de los Tiburones Rojos aun no se ven reflejados. La situación se complica debido a que lo esperaban antes de la finalización de este año porque sólo de esa forma podrían jugar el Clausura 2020. Ahora con la desafiliación de los jarochos, el futuro de ese dinero está completamente en lo desconocido.

“No sabemos aun cuando nos puedan pagar por el caso de la desafiliación del club, estamos pendientes de que nos digan. Si seguía el club nos tenían que pagar en diciembre porque si no, no podríamos empezar el campeonato. A lo mejor se puede alargar un mes más, es lo que esperamos”, finiquitó con la ilusión intacta.

QUIERE QUEDARSE 

A pesar del trago amargo que vivió en el Puerto Jarocho, Abraham González no se da por vencido. Como hombre veterano y decidido, su plan es permanecer en el futbol mexicano por algún tiempo más antes de regresar a la nación que lo vio nacer para firmar su retiro de las canchas. Lo vivido con los escualos fue complicado para él, pero ya quedó atrás. A partir de ahora va por una revancha personal y no quita el dedo del renglón en su deseo de triunfar en la Liga MX.

“Siempre he dicho que me gustaría jugar en España antes de retirarme, pero sí me gustaría seguir en México para quitarme la espina y poder irme con una mejor sensación”, expresó con esa convicción que siempre lo ha caracterizado. “Con Pumas y Lobos me fue muy bien, en Veracruz es una lástima y una pena que se haya gestionado así todo”, expresó al Diario de los Deportistas con cierta nostalgia.

Eso sí, el mediocampista se mostró optimista. Desde el pasado 14 de noviembre quedó libre y puede contratarse con el club que mejor le convenga y se interese por sus servicios. Abraham reveló que aún nadie ha preguntado desde entonces por él, sin embargo, la esperanza la mantiene viva para permanecer en nuestro país, lo que demuestra el cariño que ha tomado por México desde su llegada hace más de tres años. “Sí quiero seguir. Si sale una opción interesante claro que me gustaría. No he tenido alguna oferta, no sé si no sepan que estoy libre o que quiero seguir, pero mi deseo es continuar aquí”, remató.