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Mira

29, diciembre 2019 - 21:44

┃ Alejandro Alfaro

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Foto: Ramón Romero

El escenario para la gran final fue simplemente inmejorable. El estadio Azteca lució un lleno espectacular para la hora del partido entre América y Monterrey; sin embargo, la fiesta se vivió desde mucho antes.

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Poco más de cuatro horas previas al silbatazo inicial, la gente ya se hacía presente en las inmediaciones del inmueble en gran número. En coche, transporte público o autobuses; todos los caminos llevaban a Santa Úrsula. Nadie quería perderse la gran final.

Los camiones abarrotaron una gran parte del estacionamiento. Desde todas partes de la república viajaron los aficionados; Veracruz, Moroleón, Sinaloa, San Luis, incluso desde más allá de nuestras fronteras, los paisanos vinieron a su tierra para ser testigos de la definición por el título del Apertura 2019.

Como era de esperarse, una gran cantidad de hinchas regios se desplazaron para invadir la capital. Más de 10 mil aficionados rayados coparon una de las cabeceras del estadio y se hicieron sentir desde su llegada.

Sin lugar a dudas, uno de los momentos más emotivos ocurrió cuando el autobús de América apareció en el circuito del estadio. Cientos de hinchas se acomodaron en las dos aceras para esperar que su equipo pasara y cuando eso sucedió, las banderas, flashes, bombas de humo y banderas aparecieron al ritmo del canto de “Vamos América”. Fue un kilometro de recorrido el que las Águilas hicieron con el cobijo de su gente para motivarse al 100 por ciento.

Federico Viñas, el amuleto inesperado

Ya dentro del coloso la guerra de cánticos fue intensa, ninguna de las dos parcialidades escatimó en el aliento para los suyos, por lo que el ambiente fue en grande.

Sin lugar a dudas, el ambiente fue digno de esta instancia. Toda una fiesta finalista.

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