Michigan dio batalla durante los primeros dos cuartos del Citrus Bowl, pero se le acabó el gas y la marea roja de Alabama terminó por liquidarlos 35-16 en Orlando.

Desde su serie inicial los dirigidos por Nick Saban dieron una muestra de que su ofensiva atacaría profundo cuando en su primera jugada el quarterback Mac Jones conectó con Jerry Jeudy para una anotación de 85 yardas. Inmediatamente la ofensiva de Shea Patterson movió el balón para igualar el marcador y más adelante tomaron la ventaja con goles de campo.

El Crimson Tide aprovechó su visita al territorio de los Wolverines para sacar siete unidades más producto de un acarreo de Najee Harris. Antes del descanso, una patada más de Quinn Nordin dejó el partido a favor de Michigan, fueron sus últimos puntos en el duelo.

Alabama ajustó en el descanso y para la segunda mitad secaron la ofensiva de sus rivales. Nuevamente Jones se tuvo confianza; en una jugada a pesar de la buena cobertura sobre DeVonta Smith conectó con él en un envío de 42 yardas que desató la euforia de la parcela carmesí.

La incapacidad de los dirigidos por Jim Harbaugh para sacar puntos causó que su defensiva doblara las manos y ‘Bama’ sentenció el encuentro con otro par de anotaciones.

Ganar el Citrus Bowl es un premio de consolación para Saban, cuyo objetivo cada año es ganar el campeonato nacional. Las derrotas ante LSU y Auburn privaron a los actuales subcampeones de la NCAA de aspirar a los playoffs.

El receptor Jerry Jeudy aumentó sus bonos de cara al próximo Draft de la NFL con las 204 yardas que acumuló en sólo seis recepciones, mientras que Jones demostró que puede cargar con la ofensiva carmesí si Tua Tagovailoa decide irse al profesionalismo.

Del otro lado, Michigan sumó su cuarta derrota consecutiva en tazones; sus cuatro descalabros de esta temporada fueron ante equipos rankeados dentro del top 15.