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1, enero 2020 - 22:17

┃ José Luis Camarillo

NOTA-TIGER

POR JOSÉ LUIS CAMARILLO

Para que no quede duda de que México es líder en boxeo, entre 2016 y 2019 se dio el hecho inusitado de tener a una campeona de la división máxima, en los puños de la capitalina Alejandra “Tigre” Jiménez (WBC), y una monarca en la categoría de menor peso en el terreno profesional, la átomo, en la persona de la mexiquense Monserrat Alarcón Raya (WBA).

Debido a la falta de adversarias en peso completo, la “Tigre” Jiménez pasó a ser campeona en receso del Consejo Mundial de Boxeo, lo que significa que podría reclamar sus derechos para defender esa corona si así lo deseara, aunque esa posibilidad se mira cada vez más lejana debido a que la amazona de 1.80 metros de estatura tomó un nuevo reto al bajar hasta la categoría supermediana (76.200 kg), en la que disputará el cetro universal contra su poseedora, la estadounidense Franchon Crews el próximo 11 de enero.

Nuestro país no ha visto nacer a ninguna reina en la mencionada división de las 168 libras, de manera que Alejandra entraría por segunda ocasión al libro de marcas de nuestro boxeo.

Jiménez se alzó con el título de los completos al doblegar por apretada decisión mayoritaria a la mexicana-estadounidense Martha Salazar, el 18 de marzo de 2016 en Cancún. Fue un duelo que se decidió hasta el décimo y último capítulo, en que Alejandra cerró como una fiera para convencer a dos de los tres jueces que merecía la victoria. Un tercer voto fue de empate.

El caso de la “Tigre” Jiménez, quien se anotó triunfos sobre varones dentro de su corta trayectoria amateur (acumuló palmarés de 10-0) a causa de la falta de oponentes, es extraordinario porque, según nos reveló, pesaba 140 kilogramos cuando decidió adoptar el pugilismo como disciplina.

Fue de esa manera como bajó a 90 kilos, y a partir de entonces vendría para la originaria de la Ciudad de México una vistosa cadena de éxitos al tomar la determinación de invadir el boxeo profesional. Fue clave para Jiménez seguir el consejo de ser promovida por el audaz empresario cancunense Pepe Gómez, que la llevó al trono de los pesos completos en la que era apenas su sexta contienda de paga.

Asimismo, fue muy importante contar con el respaldo de Mauricio Sulaimán Saldívar, que intervino para convencer a Martha Salazar de ir a Quintana Roo a exponer el campeonato, al asegurarle que contaría con un jurado imparcial y la actuación del destacado réferi panameño Héctor Afú.

MONSERRAT ALARCÓN 

Del lado opuesto, Monserrat Alarcón Raya, nacida hace 25 años en Los Reyes La Paz, Estado de México, presume de poder marcar sin problemas el peso átomo (46.362 kilogramos o 102 libras), el cual domina bajo el aval de la Asociación Mundial de Boxeo desde el 31 de agosto de 2018, cuando derrotó por decisión unánime a la peleadora local Mayela “Cobrita” Pérez, en Saltillo, Coahuila.

En dicha ocasión, fue vital para la señorita Alarcón tener en su esquina al ex campeón mundial supermosca José Luis Bueno, quien hizo pesar su presencia en su esquina. Además de someterla a un exhaustivo y bien dirigido entrenamiento, Bueno supo dictarle las indicaciones convenientes durante la reyerta, que resultó desgastante para ambas amazonas, que se entregaron en el ring para ofrecer acciones intensas.

Monserrat es una chica de desafíos y bajo el impulso del promotor Héctor García Ninomiya conquistó previamente la diadema mundial mosca (50.802 kg o 112 libras) de la WBO, dos divisiones por arriba de su peso real, al ir a Japón a derribar una vez y vencer por decisión técnica después de siete episodios a la local Nana Yoshikawa, el 29 de abril de 2017 en Osaka.

Monse lo explicó de este modo:

“Todo mundo sueña con la oportunidad de disputar un campeonato del mundo. Cuando se me ofreció esa pelea, me dijeron que era en Japón, el país de mis sueños. Desde que me metí a entrenar boxeo me dije ‘quiero conocer Japón’, y aunque me advirtieron que era en peso mosca, pensé ‘bueno, no pierdo nada’ y gano todo. Entonces me preparé y gracias a Dios se nos dio quedar como campeona, aunque sabíamos que no era una categoría en la que yo pudiera estar”.

Ciertamente, se trató de una proeza, pero no tardaría en regresar a la casilla de los átomos y entonces pasó a adueñarse del trono de las 102 libras, con el reconocimiento de la WBA.

En su defensa más reciente de la tiara de los átomos, el pasado 12 de septiembre, Alarcón Raya volvió a suelo nipón para superar por fallo dividido a la local Ayaka Mikao. Ello le valió también ser designada Boxeadora del Mes por la WBA.