POR JOSÉ LUIS CAMARILLO

EL capitalino Amado “Panterita” Ursúa vivió ayer un gran día. El Consejo Mundial de Boxeo le brindó un reconocimiento dentro del primer Martes de Café de 2015. En la pantalla de las oficinas de la Zona Rosa se proyectó el video de la que ha sido una de las hazañas máximas en el boxeo mexicano, cuando este púgil capitalino fue a Panamá a noquear y destronar como campeón universal minimosca de esa entidad al ídolo panameño Hilario Zapata.

El 6 de febrero de 1982, en el legendario Gimnasio Nuevo Panamá, Amado fulminó en dos episodios a Zapata, a quien ya había derribado en los albores del combate. Era la novena defensa del canaleño.

Después de ser derribado, Zapata se le fue encima a Ursúa y obligó a éste a poner un guante en la lona; sin embargo, el réferi puertorriqueño Ismael Quiñónez Falu no le contó. “Toqué la lona con el guante; me agarró mal parado, por eso me enderecé rápido. No me contaron porque que pensaban que así Hilario iba a noquearme más rápido. Temían que si el réferi me contaba, yo me recuperaría. Les falló, porque volví a conectarlo bien y se fue en el segundo round”.

En esa oportunidad, su entrenador fue Andrés Herrera. Otros manejadores que tuvo fueron Lupe Serrano -lo inició como peleador-, Cristóbal Rosas y Arturo “Cuyo” Hernández,

ADIÓS DINERO

Hoy, a sus 56 años de edad, el “Panterita” reconoce que el dinero que ganó en el boxeo se fue rápido.

“Te cae gente de todos lados y lo primero que te invita es cerveza o vino; cuando te das cuenta, ya estás clavado y yo andaba de fiesta en fiesta”.
Le queda la satisfacción de haber comprado una casa para su madre.

“Le regalé su casa a mi mamá, pero ya murió. Mi hermano el mayor, Fidel, se quedó a vivir ahí, y ahora no quiere dar nada. Yo propuse vender la propiedad y repartir el dinero entre todos los hermanos, parejos. La casa está en la colonia Puerta Grande, arriba de Plateros”.

Amado tiene dos hermanos que también fueron peleadores. Felipe, a quien apodaban “Cachorro”, y Enrique.

El “Panterita” señaló que, posterior a su retiro, se fue a trabajar durante varios años a Estados Unidos, y ya lleva 20 años de vivir en Hermosillo, Sonora.

Sus problemas comenzaron cuando, hace pocos meses, al conducir su automóvil en Hermosillo y salir de una gasolinera hacia la carretera, un carro golpeó al suyo y se vio involucrado en un choque con otro auto, contra el que fue lanzado. De ahí salió muy lastimado del hombro izquierdo. El pasado 5 de diciembre fue operado, en Toluca, pero “no quedó bien” y por ello recurrió al Consejo Mundial de Boxeo, el cual se encargará de ayudarlo en su rehabilitación. Ayer mismo, el traumatólogo Antonio Fernández, quien colabora con el CMB, se puso “a la orden” para apoyarlo.

“Agradezco a Mauricio Sulaimán y al CMB porque soy el primero en ser elegido para el programa Adopta un Campeón, lo que me permitirá tener apoyo económico y médico. Mi anhelo es poner un gimnasio en Hermosillo y enseñarle boxeo a los niños y jóvenes. He ido a gimnasios y veo que a los niños que van, los ponen a hacer lo mismo. No saben tirar un jab, mover la cabeza o caminar ”.

Amado nos presentó a su esposa, Alicia, y a su hija Jéssica. También tienen un hijo, de nombre Édgar Eduardo.

Entre sus mejores recuerdos, está haber noqueado al panameño Alfonso López, ex campeón universal mosca de la WBA, quien se convertiría en el primer vencedor de Zapata.

El “Panterita” y su esposa no olvidan aquella portada de ESTO que se tituló “Para usted, jefa”.

Actualmente, los escasos ingresos de Ursúa provienen de su trabajo en compra y venta de muebles y artículos para el hogar, en la capital de Sonora.