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5, enero 2020 - 16:43

┃ Guillermo Martínez

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POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

Toca el violín para los dioses, enciende el Olimpo con su sonido, con su armonía.

Pero también, la arquera Alejandra Valencia está buscando su boleto para los que serían sus terceros Juegos Olímpicos.

Confiada en su trabajo, en las horas dedicadas a tirar flechas, señaló estar contenta por los resultados obtenidos durante estos últimos años, luego de haber quedado en cuarto lugar en los Juegos de Río 2016.

“Siento que me encuentro más madura y haciendo bien las cosas. La plaza todavía no es de nadie, así que continúo con el trabajo para seguir avanzando en mi técnica. No me siento la mejor, porque mis demás compañeras también tiran bien. Eso nos ayuda a entrenar más duro”.

Siendo una prodigiosa de las flechas y las cuerdas del violín, platicó que en Londres todavía estaba muy pequeña, mientras que en Río tuvo mayor certeza ante la diana.

“Era una niña en mi primera experiencia olímpica, ahora ya sé lo que es estar en este tipo de eventos y que se debe llegar con un buen nivel para que no nos sorprendan las rivales”.

Divertida contó varias anécdotas, pero señaló que todos saben lo que ha vivido desde pequeña y cómo fue que le gustó esta disciplina.

“Tal vez no sepan que cuando fui a un Mundial se me olvidaron las flechas en casa, lo cual dificultó conseguirlas y finalmente competí con unas prestadas. Pero los medios saben más de mí, que yo misma”.

Ale siempre tiene el semblante tranquilo, segura de lo que hace y le apasiona, por eso comunicó que la responsabilidad para lograr buenos resultados es solamente de ella.

“Luchamos por poner en alto el nombre de México, pero también lo hacemos por uno mismo, porque sabes que es el deporte que has escogido y que, gracias a ello, conoces muchos lugares, viajas, pero básicamente de uno mismo si deseas superarte”.

Ella mide 1.75 centímetros de altura, le gusta ser amigable, siempre confiada en las personas que están a su alrededor.

“Me gusta platicar con las personas que me buscan y me preguntan sobre lo que hago. En la Universidad -estudia diseño gráfico- soy una chica normal, que le gusta el estudio y la música. Saliendo de ahí, soy la arquera, la deportista dedicada al cien para que me salgan bien las cosas”.

Guiada por el entrenador Luis Miguel Ángel Flores, comunicó que encontró la confianza para llegar hasta donde está ahora.

“Desde pequeña estoy con él, y siempre me ha dejado ser como soy, solamente me dice cómo debo perfeccionar los tiros. La verdad que estoy orgullosa de que me haya invitado a esta disciplina y que hemos llegado muy alto. Aunque me falta mucho por aprender”.

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