ANTONIO García “El Chihuahua” además de que es una caja de pandora taurinamente, entre él y el forcado Ramón Tirado tuvieron que hacerle al doctor el pasado viernes en la plaza “Alejandra” de Durango para atender al picador Héctor Cobo, quien resultó con dos cornadas y fractura en dos costillas y el servicio médico brilló por su ausencia.
Resulta que el doctor encargado de atender a los heridos en esa plaza estaba de vacaciones y mandaron a un pasante de medicina, que no sabia qué hacer para estabilizar al herido y de cornadas por astas de toro menos.
Tanto “El Chihuahua” como el forcado con su amplia experiencia en estos menesteres entraron al quite y taponaron la herida del muslo con gasas. Hasta que finalmente se llevaron al picador al sanatorio.
Antonio García tiene varias cornadas graves “y los doctores de Guadalajara, Aguascalientes y otras plazas me han salvado la vida. De Venezuela regresé con gangrena gaseosa y aquí me atendieron y me salvaron la existencia”.
Dijo que los toreros lo que menos les interesa es el servicio médico. Lo que les interesa es torear. Cuando llegan a cualquier plaza no preguntan por la enfermería y menos si hay alguna ambulancia y médicos que los atiendan de una posible cornada.
“El estado del picador dijo que era grave, sobre todo porque se estaba desangrando y pudo suceder lo que hace algunas semanas en Yucatán en que perdieron la vida el forcado y un novillero por falta de atención médica”.
Antonio García dijo que exigirá a las agrupaciones taurinas de matadores, subalternos, ganaderos y empresarios a que revisen que las plazas tengan quirófanos, enfermería o cuando menos ambulancias y médicos competentes para alguna emergencia.
Desde luego no incluye a la Plaza México que tiene todos los servicios y seguros de vida y se vio el magnífico servicio que prestaron hace una semana con los heridos y golpeados.