A un día del comienzo del Clausura 2020, Cruz Azul recibió otra mala noticia y el culpable volvió a ser Boca Juniors. Primero fue Iván Marcone, hace un año, y ahora Guillermo Fernández abandonará al conjunto cementero para volver a su país natal y al club donde se formó como futbolista profesional. La Máquina le vendería un porcentaje al cuadro argentino y dentro de un plazo se concretaría la compra definitiva.

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Gustavo Fernández, padre y representante del volante, lo confirmó al Diario de los Deportistas. “Pol está contento, estaba con el ansia de volver, tenía complicaciones familiares y lo mejor que podía pasar era esto. Ir a un club como Boca es un desafío enorme”, expresó con alegría vía telefónica.

La aventura de Guillermo Fernández en el futbol mexicano terminó antes de lo pensado. Llegó como auténtica bomba hace apenas seis meses y no logró demostrar sus habilidades con el balón. Con el cuadro cementero disputó un total de 493 minutos divididos en 12 encuentros y sólo completó un par de ellos. Pol nunca logró la continuidad y no pudo festejar ninguna anotación con la casaca azul. “No se consiguieron las cosas que uno vino a buscar, pero el futbol es así”, expresó Gustavo con nostalgia, aunque no dejó pasar la oportunidad de agradecer a Cruz Azul todas las atenciones que tuvieron y la posibilidad de emigrar a una mejor oportunidad. “Dios quiera que les vaya bien, siempre se portaron muy bien con nosotros, esperemos tener un regreso en algún momento”, remató.

Pol regresará al club en el que inició como futbolista y donde compartió vestuario con Juan Román Riquelme, vicepresidente actual del cuadro xeneize e ídolo del volante argentino. Esa misma situación agilizó las negociaciones, además de que es del total agrado del estratega Miguel Angel Russo.

Guillermo Fernández cumplirá un sueño, pero dejará a una Máquina a la deriva y con varias dudas en cuanto al poder en su plantel.