A Aaron Rodgers no le puedes dar vida.

Los Halcones Marinos de Seattle apretaron en la segunda mitad y cerca estuvieron de sacar la remontada del Lambeu Field, pero al final se quedaron cortos ante un par de jugadas claves del #12 que le dieron un triunfo cardíaco a los Empacadores de Green Bay (28-23).

Rodgers conectó una tercera oportunidad y nueve con Jimmy Graham, con poco menos de dos minutos en el reloj, que decretaron el pase de los “Cabezas de Queso” a la final de la Conferencia Nacional.

¡Qué triunfo!

EL JUEGO

El partido no podía tener un desarrollo diferente, con una mitad para cada equipo.

Durante los dos primeros cuartos la escuadra de casa impuso condiciones en ambos lados del emparrillado. Rodgers y Aaron Jones consiguieron 21 puntos, con dos ingresos a la zona prometida del corredor que se volvió un dolor de cabeza para los frontales de Seattle.

La defensiva contuvo a los explosivos Tyler Lockett y DK Metcalf, y Marshawn Lynch fue incapaz de mover las cadenas con todo y que tuvo más protagonismo que en sus compromisos previos.

Lo “Congeladora” de Winsonsin estaba más caliente que nunca. Su equipo estaba a 30 minutos de colocarse en el juego por el título de la NFC.

Para el complemento, los pupilos de Pete Carroll entendieron que no tenían margen de error. Apenas en la primera serie la “Bestia” entró en la zona prometida, y aunque Green Bay respondió inmediatamente con la segunda anotación de Devante Adams, la visita no bajó la guardia y logró ponerse a cinco unidades a falta de nueve minutos por jugar.

Wilson tuvo la oportunidad de la remontada, pero falló su receptor David Moore, y la defensiva de Empacadores les regresó el ovoide con poco más de tres minutos en el reloj. Era cuestión de conseguir dos primeros y diez para volver a la final de la NFC luego de tres años de ausencia, y los consiguió. Rodgers apostó por sus hombres de confianza (Adams y Graham) para quedarse con un triunfo de alarido, con todo y el reclamo de Pete Carroll quien consideró que la jugada del #80 no fue suficiente para mover las cadenas.

En un partidazo de esta envergadura no podía falta la polémica.