Foto: Cortesía

Hay historias que no dejan de asombrar. La de Alejandra “Tigre” Jiménez es una de ellas. Esta dama de 32 años, mamá de Ailime, una niña de 11 años, llegó a pesar 143 kilogramos, y bajó a 90, para convertirse en la primera campeona de peso completo en México.

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Su primera coronación fue en marzo de 2016, en Cancún. Y, contra cualquier previsión, bajó hasta 74 kilos, para proceder a destronar a la estadounidense Franchon Crews como soberana universal supermediana del WBC, el sábado pasado en San Antonio, Texas.

Alejandra platicó que desde nena comía mucho. Tomaba el pecho materno, pero quedaba insatisfecha y era necesario que una tía suya, que también amamantaba a su bebé, entrara al quite. Así llegó a la etapa adolescente, con demasiado sobrepeso y llegó a la adultez, hasta que, cierto día (a los 22 años de edad), tomó la determinación de comenzar una vida nueva.

Según recuerda, usaba lentes a causa de la hipertensión y el cardiólogo le había advertido sobre el peligro de sufrir un infarto.

Se graduó de Chef, una profesión que terminó por dejar para dedicarse de tiempo completo al oficio de peleadora de paga, aunque en sus inicios el dinero era insuficiente.

Ayer, Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, le ciñó su cinto de monarca supermediana. Para ello, pidió a Pepe Gómez, el promotor de Cancún que creyó en Jiménez desde que llegó a su lado sin ninguna pelea profesional, ayudarlo en ese acto.

Jiménez tiene la mente puesta en un tercer cinturón, lo que le significaría bajar aún más de peso (división de los medios, con límite de 72.575 kilogramos), en poder de la tricampeona estadounidense Claressa Shields, dueña también de la diadema superwelter.

La “Tigre” presentó públicamente a su pareja, Camila, que a su vez tiene una pequeña de cinco años de edad, Kisha.

Ale afirmó: “Primero soy yo misma, el amor que tienes por ti misma, lo emanas a los demás; si no me amo, no puedo amar a nadie más. Cuando volteo hacia mis hijas en casa, eso me hace redoblar esfuerzos. Les digo ‘todo se puede, luchen por ello’”.

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Una de las claves de su éxito es su nutriólogo, Gustavo Melo. “Ha hecho maravillas conmigo”, asentó.

Otro punto en que Jiménez hizo hincapié es que se sometió a cinco exámenes antidoping certificados por VADA, antes de su desafío contra Franchon Crews.

“Soy un ejemplo de que todo se puede”, estableció.