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Mira

7, enero 2015 - 20:40

┃ María Vega

nota-toros-sotelo

EN la parte final de su preparación, rumbo a su confirmación de alternativa el próximo domingo en la Plaza México, el matador michoacano Jorge Sotelo se midió ante un toro procedente del hierro de Pilar Labastida, en el coso capitalino, esto con la finalidad de familiarizarse con los terrenos de la gran plaza y por supuesto, para no dejar de estar frente de la cara del toro. Ante la mirada de su apoderado, Othón Ortega, el diestro se enfrentó a un burel nada fácil, pero que a su vez le sirvió bastante precisamente por las complicaciones que le presentó su adversario.
Ortega Blancas comentó que el objetivo de matar un toro en la México es para que el matador Sotelo sienta el ruedo, lo conozca más, así como sus terrenos y se familiarice con la plaza, con la ubicación de las puertas y del Juez.
“Son muchas cosas que le sirven a los matadores previo a un compromiso tan importante como el que tiene Jorge Sotelo el día domingo”, dijo Othón.
“De la lidia de toro -añadió Ortega- te puedo decir que me gustó lo que vi, el toro no fue fácil, no dejaba estar al torero, tenía medias embestidas, iba a media altura, era probón, se rehacía muy rápido, miraba al torero por el lado derecho sabía lo que dejaba atrás, en fin, tenía una lidia complicada y el matador supo entenderlo, pudo someterlo, darle la lidia adecuada. Estos son los toros que te ponen; en estos últimos días habrá que seguir entrenando muy fuerte, no aflojando la preparación y esperar haya un poco de suerte el domingo y ojalá un toro le camine al torero para que pueda mostrar su toreo”, subrayó Othón.
Cabe destacar la intensa preparación que Jorge Sotelo ha llevado a cabo los últimos años en México y España, ahora, de la mano de Othón Ortega el diestro ha depurado significativamente su toreo, pero sin duda ha sido la mentalidad del michoacano lo que está siendo la clave para lograr su cometido y continuar por la misma tesitura para poder entrar al circuito taurino.
Como novillero, Jorge pisó la Plaza México tres tardes, obteniendo dos orejas. (MAG)