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Mira

30, enero 2020 - 2:33

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Paulinho-Cruz-Azul

No es la primera vez que le pasa a Cruz Azul. Los fichajes fallidos después de presentar los exámenes médicos de rigor y que terminan por destruir llegadas por no aprobarlas a cabalidad, no es una historia nueva y ya había ocurrido en los rumbos de La Noria.

El caso del brasileño Paulinho Boia no es inédito. La primera vez que ocurrió fue en el ya lejano 2006, con Martín Arzuaga como protagonista. El delantero colombiano arribó a México con mucha expectativa, pero todo se arruinó, ya que al pasar por el hospital se le diagnosticó un problema congénito en la rodilla izquierda, lo que finalmente impidió su estancia como cementero. La directiva Azul comunicó dicha situación al presidente de Junior Barranquilla, y el jugador regresó a su país.

Cinco años después lo volvieron a vivir. En 2011, Wason Rentería fue la sensación, incluso posó en su llegada con la camiseta celeste, entrenó con sus nuevos compañeros, sin embargo, al final se dio a conocer que no entraba en planes por un problema en el pulmón, esto tras hacer los exámenes en dos nosocomios distintos. Al colombiano no le agradó la situación y junto a su representante, Eduardo Santos, demandó a la institución cementera por incumplimiento del precontrato que acordaron previamente, pero su acusación no prosperó de gran forma.

En este Clausura 2020 se repitió la historia. La Máquina confió, pero no contaba con la lesión de Paulo Henrique. Ahora se quedaron sin sabor brasileño en sus filas. / RUBÉN BERISTÁIN