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Mira

7, febrero 2020 - 0:43

┃ Brian Sales

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Fotos: Luis Garduño y Mexsport

Hace algunos años, cuando Pablo Barrera aún no figuraba en Pumas, hacía más de dos horas desde el Estado de México para ir a entrenar al sur de la Ciudad de México. Hoy, que su vida lo ha llevado a correr tras un balón en espectaculares alfombras de Inglaterra y España, asume el rol de patriarca entre las nuevas generaciones felinas con apetito de gloria.

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El Dinamita, quien presume haber figurado en aquella Selección Nacional que acudió al mundial de Sudáfrica 2010, además de levantar un título con Pumas, un año después, hoy funge como uno de los líderes que tiene la capacidad y el currículum para arropar a los jóvenes.

Barrera se refleja en Marco García, joya de la cantera universitaria, quien también hace un largo recorrido -parecido al de Pablo en aquellos ayeres- con tal de entrenar. Por eso, el capitán auriazul, sincero, acepta que ha platicado con el juvenil para ayudarlo a que no experimente sudor ni lágrimas.

“Le dije que trataré de ayudarlo para que el club le aporte algo, ya sea un departamento o la casa club, para que viva más cerca”, comparte el Dinamita. “En lo otro, debe mentalizarse y tener los pies sobre la tierra, porque la profesión se pasa muy rápido si no la aprovechas”, cuenta en exclusiva al Diario de los Deportistas.

Pablo hizo lo que algún día hicieron con él. Arropó al canterano y fungió como auténtico padre futbolístico del muchacho. Cuando Marco García se enamoró de Pumas, Barrera marcaba golazos en el Olímpico Universitario. Hoy tienen la dicha de compartir el mismo terreno de juego, bajo los colores que reinan en sus corazones, el azul y oro.

“Justo ayer estábamos platicando de esa situación con él. Le pregunté que dónde vivía, de su vida y sus hermanos. Me dijo que hace un recorrido largo y le comenté que yo hacía eso desde mi casa cuando empecé. Le comenté que siempre debe venir mentalizado en sacarle provecho a cada entrenamiento. Míchel le tiene mucha confianza y realmente García tiene cualidades. Si lo sabemos llevar, va a rendir bien en Pumas”, comenta.

A Barrera le vino bien jugar un tiempo en Europa. Su estancia en el viejo continente lo hizo darse cuenta de la importancia que tiene el día a día en el futbol, una profesión que se puede esfumar de un día para otro. De ahí que el volante por derecha tenga el gusto de dirigirse hacia los jóvenes y de conducirlos, para que no despeguen los pies del piso, algo que puede ser muy común. Actualmente, debido a los altos sueldos que se manejan en el futbol mexicano, más de uno puede pensar que ya lo logró, cuando ni consolidados están.

“Lo que siempre aporto es en el vestidor, para hablar con ellos y que mantengan los pies en la tierra, que valoren esta profesión, porque hay muchos que sueñan con esto y no lo consiguen. Tienen que aprovechar cada minuto”, manifiesta.

Pablo no es el único dentro del plantel que tiene buenas actitudes hacia los jóvenes, pero sí trata de hablar mucho con ellos, tras una carrera que inició con su primer registro profesional en 2005, sin contar los años que tuvo que picar piedra para figurar.

“Ahora, ya como jugador de experiencia, aprendí muchas cosas y a valorar la profesión para disfrutar cada entrenamiento. Al final, los días de partido, todos somos líderes. Siempre trato de darle consejos a los jóvenes. Siempre estaré fascinado de ver a canteranos debutar en Primera División”, cierra.

Así, dentro de Pumas tienen una verdadera familia. Tal y como sucede fuera del futbol, los más veteranos arropan a los cachorros, quienes apenas dan sus primeros zarpazos en la Liga MX. Con la ayuda ofrecida, Pablo será un padrino para Marco García, así como desea serlo de todos y cada uno de los debutantes bajo la casaca auriazul.

Plantel presume apetito de gloria

Estar en la tercera posición de la tabla general aún no dice nada, pero es, sin duda, síntoma inequívoco de que las cosas se están haciendo bien dentro del seno del Club Universidad. Pumas necesita conseguir, sí o sí, entrar a Liguilla, para olvidar el pésimo 2019 que tuvieron, donde se quedaron lejos de clasificar a la fiesta grande. Para Pablo Barrera, quien ya alzó el título en 2009, el plantel cuenta con características importantes que los pueden hacer trascender.

“Sabemos que, en el futbol, tener la mejor plantilla no te asegura un campeonato. Lo vemos con Tigres. Un equipo que tiene siempre mucha solidez es un equipo candidato para ser campeón. Veo un plantel diferente, más sólido y comprometido, con ganas de salir de ese mal torneo que hicimos el año pasado. Una escuadra que tiene hambre de conseguir muchas cosas”, cuenta.

Para él, el hecho de que haya muchos jóvenes soñadores es un plus para el grupo. El mismo afán que tienen de lograr cosas importantes los lleva a no bajar nunca los brazos y eso beneficia a Pumas, además de que contagia a los demás elementos del plantel.

“El ejemplo perfecto es Johan, quien viene de Monterrey y aporta mucho. Quintana, Iniestra y Mozo. Hay mucha gente que tiene ganas de trascender y conseguir algo en Pumas”, señala el Dinamita.

Los felinos se medirán este domingo al Atlético de San Luis, en busca de recuperar el liderato que se les fue de las manos tras el empate ante Santos en la última jornada.

Una carrera sin arrepentimientos

A sus 32 años de edad, al Dinamita Barrera le queda mucho por detonar, pero esa no es razón para no voltear con nostalgia al pasado. Hace más de 15 años que inició su andar en el futbol profesional con la casaca auriazul. Tras su paso por Europa y en la Selección Mexicana, Pablo no tiene más que un último deseo, conquistar la octava con el equipo de sus amores.

“Claro que me gustaría, a esta edad, conseguir otro campeonato con Pumas. La verdad es que hubo muchas cosas que me llegaron en mi carrera, cuando era apenas muy chico; fue muy rápido. No me imaginaba que fuera a conseguir esas cosas. Me siento contento con mi carrera, pero tengo esa espinita de alzar otro título en Pumas, que sería la cereza en el pastel. Me siento contento”, confiesa.

Si hay algo que quisiera hacer y ya no podrá, es disputar otra justa mundialista con el Tricolor. Barrera fue elemento fundamental durante el desarrollo del equipo verde en Sudáfrica 2010, donde aportó una asistencia. La experiencia es lo mejor que le puede pasar a un futbolista, a decir del experimentado futbolista. “Me hubiera gustado jugar otro Mundial, que eso es lo más bonito que te puede pasar como jugador. Por temas de lesiones y de futbol, ya no me alcanzó, pero me siento contento por el tiempo que representé a mi país, porque lo hice con orgullo y siempre con alegría. Conseguimos cosas buenas”, afirma.

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La única duda que le genera su cabeza al morar en retrospectiva es qué hubiera pasado si en 2013 no se hubiera regresado a Cruz Azul, cuando tenía la mesa puesta para continuar en el futbol europeo y competir al máximo nivel.

“Quizá no me hubiera regresado tan rápido de Europa. Tenía un contrato allá por cinco años y a los dos años volví a México, cuando el equipo me daba la oportunidad de quedarme allá y pelear un puesto. No es arrepentimiento, pero no pensé bien las cosas y me faltó luchar por un puesto allá, para conseguir más minutos”, cierra.

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