POR RUBÉN BERISTÁIN
FOTO: LUIS GARDUÑO

Muy lejos de lo acostumbrado, el ambiente en el Coloso de Santa Úrsula fue diferente y en contra de uno de los jugadores más emblemáticos de Cruz Azul en la última década.
El error que cometió Jesús Corona en el Nemesio Diez y que regaló dos puntos a los Diablos Rojos, no fue olvidado por la afición cementera, quienes piden a gritos el cambio generacional en la portería de la institución celeste.
En esa dinámica de rotación que implementó Robert Siboldi en la portería, al contar con cuatro cancerberos registrados, por primera vez Sebastián Jurado salió al banquillo de suplentes. Primero fue Guillermo Allison al inicio de torneo, luego le tocó el turno a Andrés Gudiño, pero ayer finalmente el joven veracruzano, ya con la lesión que sufrió en pretemporada totalmente en el olvido, hizo su aparición, quizá en el mejor momento para él.
El guardavalla, de apenas 22 años y un futuro prometedor por delante, pisó la grama del estadio Azteca, la afición lo reconoció y los aplausos no faltaron. “Venga Jurado, Venga Jurado”, fue el grito que se escuchó por unos instantes. Sebastián sonrió de forma tímida, pero agradeció el gesto.
Chuy, el experimentado cancerbero, vivió la otra cara de la moneda. Cuando el sonido local lo presentó como el titular ante los Tuzos, una sonora silbatina apareció en el recinto. El capitán azul no se inmutó, su madurez lo preparó para momentos así y le restó importancia a sus detractores.
Otro sector lo arropó con el famoso “Dale Corona, Dale Corona”, que fue coreado al unísono y es que el cariño no se olvida tan pronto.
Ya en el juego, cada que Corona tocaba el balón era abucheado, por eso de forma rápida se desprendía del esférico. En la primera mitad no tuvo problemas y la único que pudo salvar, lo hizo sin ningún tipo de problema. Un disparo de Víctor Dávila culminó en el poste y su amigo horizontal lo salvó de gran forma.
En el complemento impidió la anotación de Rubens Sambueza con una estupenda atajada, poco ortodoxa, pero efectiva.
Sin embargo, lo inevitable sucedió. Un remate potente de Luis Chávez venció a Corona. El arquero alcanzó a desviar, sin embargo, sólo prolongó la trayectoria a la red.
Jesús lo olvidó todo cuando festejó con la grada el tanto de Santiago Giménez y de forma seguida los de Jonathan Rodríguez y Juan Escobar.

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Aliviado por el resultado, Corona se hincó y miró al cielo. Ante Pachuca cumplió con un gran papel, ahora dependerá de él devolverle la confianza a los suyos con grandes actuaciones, como las que tantas veces acostumbró.