Por Héctor Reyes
Dejó de existir a los 90 años Guillermina Oteiza, pionera del ballet acuático como se conoció en sus inicios a la natación artística, en la era de Mario Tovar y Rosa Pardo en el deportivo Chapultepec, cuna de grandes exponentes en las disciplinas acuáticas, a partir del primer tercio del siglo XX.
Guillermina Oteiza comenzó en la natación y el salto al ballet acuático lo dio con el apoyo de Javier Ostos Mora, quien llegara a ser presidente de la Federación Internacional de Natación Amateur. Oteiza tuvo como familia a las deportistas y actuales entrenadoras de la selección Adriana Loftus, Ofelia Pedrero y Patricia Vila.
Una vez concluidos los Juegos Olímpicos de México 68, se convirtió en entrenadora y juez de nado sincronizado. Ella fue pilar de esta disciplina junto con Eulalia Martínez de Castro y Lourdes Casas.
Eulalia Martínez de Castro recordó a su compañera y amiga desde que fueran pieza clave en sus respectivas trincheras: “Ella fue primero juez internacional y empezó a trabajar en México con la visión que tenía la FINA para el deporte del nado sincronizado, entonces hizo que todo subiera, promovió muchos eventos para que fueran aquí en México”.
La profesora Oteiza siempre trabajó en la Alberca Olímpica, pero nunca fue egoísta y sus conocimientos siempre estuvieron al servicio de quienes la requerían: “Fue un gran pilar y la mayor parte de la gente que siguió después de ella fue gracias a la ayuda que dio, a las enseñanzas que nos transmitió y de ahí se derivó todo. Muchas de las entrenadoras que hay ahora siguieron la escuela de Guille”, comentó la señora Martínez de Castro.
Por su parte, la juez internacional y antes seleccionada y entrenadora nacional junior, Patricia Olivera, la recuerda con el temor que le infundía, pero al conocer su verdadero rostro era una persona muy humana.

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“Detrás de esa mascara de seriedad, era un mujer muy generosa, cariñosa a su manera y muy entregada a sus niñas de nado sincronizado. Ella si aplicaba lo que tu mano derecha no sepa lo que hizo tu izquierda, porque hacía cosas por sus nadadoras que nunca las divulgaba”, expresó Paty Olivera.