GUILLERMO MARTÍNEZ

Honor a quien honor merece.

Su majestad, tres veces medallista olímpica, María del Rosario Espinoza, tendría un reconocimiento de parte de la Federación Mundial de Taekwondo, en el marco de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

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Por ser de las principales figuras que competirían en la máxima justa deportiva, además de su personalidad a nivel internacional donde es siempre aclamada como de las principales rivales a vencer.

El taekwondo cumplirá 20 años de ser admitido en los Juegos Olímpicos desde Sydney 2000, por lo que la Federación Mundial ha decidido que para festejar el acontecimiento, se dé un reconocimiento especial a los deportistas que han logrado sobresalir con más preseas en esta justa veraniega.

Para ello, será el Comité Ejecutivo de 2020, quien propondrá esta elección durante la competencia que se llevará a cabo el 12 de mayo en Lausana, Suiza,

También se tendrá contemplado que se dé otro reconocimiento a los taekwondoínes juveniles, los que logren el mejor resultado de la competencia.

Asimismo, serán reconocidas la coreana Hwang Kyung-Seon, quien tiene dos oros y un bronce, y las chinas Chen Zhong y Wu Jingyu,con dos preseas de oro.

María del Rosario, oriunda de Guasave, Sinaloa, se convirtió el 20 de agosto del 2016, a sus 28 años de edad, en la única deportista mexicana en lograr tres medallas olímpicas; oro en Beijing 2008; bronce en Londres 2012, y plata en Río 2016.

Los tres colores que ningún mexicano había logrado en el deporte de las artes marciales.

Chayito es hija de Marcelino, quien tiene un barco camaronero, y su madre Felicitas, dedicada al hogar. Ella gusta de la música de banda y siempre ha sido muy humilde en su forma de ser.

En México se ha convertido en un ídolo, y donde quiera que se encuentre, es admirada y fotografías, tanto por gente adulta como las nuevas generaciones, quienes ven en ella un modelo del deporte para seguir.

El ‘Brujo’ Antuna necesita una limpia

Su afición por el taekwondo es desde que tenía cinco años de edad, cuando tenía alrededor de diez años solía combatir con niños, donde aprendió a ser más tolerante para los golpes y más ruda.