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Mira

16, febrero 2020 - 22:17

┃ Miguel Angel García

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No faltaron los tres sombreros de charro en la marquesina de toriles, esta vez dos arreglos florales le acompañaron, pero la ausencia de Manolo será irremplazable. Tras el paseíllo se rindió un minuto de aplausos para este distinguido aficionado que falleció el pasado 14 de febrero. Así fue Manolo, un enamorado irredento de la fiesta brava. Poco antes del sorteo se develó el busto del maestro Mariano Ramos, a un costado de la entrada principal que conducen a los tendidos; toreros, amigos y familiares se dieron cita para este sentido acto.

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La última corrida de la Temporada Grande 2019-2020 de La Plaza México tuvo una convocatoria importante, Pablo Hermoso de Mendoza confirmó alternativa a su hijo Guillermo y esto fue el gran atractivo del cierre de campaña; a pie, Arturo Saldívar y José María Hermosillo terminaron de remachar una tarde que dejó matices destacados, como la labor magistral de Pablo y la vibrante faena al segundo de Guillermo. Así como la labor impecable de Arturo a su primer toro y la férrea actuación de Hermosillo. Lamentablemente el banderillero Cristian Sánchez tuvo que pasar a la enfermería luego de colocar el tercer par al sexto toro, ya que este lo alcanzó tras la ejecución y vaya arropada que le propinó.

Se lidió ganado de diferentes ganaderías en este orden: Los Encinos, (rejones) fue a menos, con calidad. Bernaldo de Quirós, (rejones) con recorrido y clase. Santa Fe del Campo, muy bueno, bravo con calidad y nobleza, de arrastre lento. Santa Fe del Campo, descastado. Los Encinos, (rejones) poco recorrido. Santa Fe del Campo, violento. Los Encinos, (rejones) con recorrido, justo de presencia. Santa Fe del Campo, de medias embestidas.

REJONES

Abrieron plaza los rejoneadores. Guillermo Hermoso, sobre un caballo prieto, recibió el rejón de castigo de manos de su padre a modo de confirmación. El toro de la ceremonia se llamó Confirmado, número 32. Labor lúcida y variada del joven, lástima que el toro se desinfló y no sirvió para el lucimiento del torero, pese a que no dejó de hacer el esfuerzo en todo momento. Dejó banderillas largas y cortas, así como a dos manos. Mal con rejón de muerte y descabelló, tras aviso. Repuntó marcadamente ante su segundo astado, con un rejoneo más arriesgado, más en el toreo de Guillermo, pues se notó que dio rienda suelta al toreo con su sello. Estuvo en gran nivel con banderillas y rosas, toreando con la parte trasera del caballo, ejecutando piruetas muy comprometido y colocando los palos a dos manos. Muy completa la labor del heredero. Dejó un rejonazo que bastó y tuvo petición de oreja que se concedió.

Pablo Hermoso lució en una labor pulcra y clásica, muy aseado en sus suertes, exponiendo su rejoneo artístico. Enfrentó en toro de Bernaldo de Quirós que tuvo recorrido y clase, lo cual fue aprovechado a carta cabal, Pablo hizo gala en banderillas y en su estilo único de encelar al astado con su toreo al estribo y con la grupa. Fue una pena que lo pinchó, pero el público le retribuyó una sonora ovación. Su segundo astado no tuvo recorrido, Pablo prácticamente toreó a toro parado y ese fue el gran mérito del navarro, ya que se inventó una labor sobre sus monturas. Le puso variedad y gran entrega el maestro, haciendo gala de su extraordinaria sapiencia, desplegando su maestría en una faena que incluso tuvo petición de oreja. Muy por encima estuvo el rejoneador, quien se retiró entre carretadas de aplausos.

A PIE

Arturo Saldivar dejó lo mejor para el tercio de muleta, luego de cuajar una larga cambiada de hinojos pegado a tablas, el hidrocálido se atornilló a la arena para tejer una labor de mucha clase y calidad, prácticamente girando en la pierna derecha, una y otra vez con muletazos templados, de mucha hondura. El toro metió la cara con excelente calidad, fue bravo, con recorrido y noble. Las cualidades las aprovecho en todo sentido el torero, bien colocado, bien ajustado, haciendo un toreo maduro y variado, ya que también toreo por izquierda y en dosantinas, así como cambiados por la espalda. Arturo se gustó y trasmitió al cónclave. Estocada tendida para una oreja a petición. Arrastre lento al toro. El segundo de su lote resultó un mulo no solo por su basto tamaño, sino por lo violento que salió desde el principio, haciendo un desorden en el tercio de varas; tumbó a los dos caballos de pica y en banderillas afloró el peligro en todo momento.

Y con esa violencia el toro acudió a la muleta, embistió como locomotora, pasando con la cara arriba, pero Arturo no echó pasó atrás y le paró con firmeza para lidiarlo con mucha cabeza y corriendo la mano de acuerdo a lo que el socio le exigió. Fue una labor titánica, muy de verdad por la fiereza del astado que no se cansó de pasar como tren una y otra vez. Terminó reculando en tablas y Saldívar decidió cambiar la espada para dejar el acero hasta la cinta. Tardo en caer, por lo que tuvo que descabellar y no se salvó del aviso.

Hubo una festiva petición de indulto de un sector del público, lo cual y acertadamente negó el juez. Una cosa es la violencia y fuerza conque embiste un toro, otra la bravura, calidad y nobleza.

José María Hermosillo tuvo una actuación muy decidida y entregada ante un toro que no le ofreció mayor lucidez. En su segunda corrida como matador convenció al público por su labor tesonera, con firmeza y mucha voluntad. Pésimo con la espada y descabello, dos avisos y lo que había sido miel cambió por fuertes abucheos.

Ante su segundo astado decidido se fue de rodillas pegado a tablas para pasarlo por una larga cambiada y luego tafalleras bien ajustado; quitó por caleserinas. Con la muleta estuvo muy valiente ante un toro que vendió caras sus embestidas y sabía lo que dejaba atrás, sobre todo por la izquierda. Tuvo bastante mérito su actuación, siempre jugándosela en cada muletazo. Estocada caída. Aplausos.

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