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Mira

6, marzo 2020 - 20:54

┃ Javier Juárez

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Algo tiene la Franja que Tigres no puede despintarla. Es como su Talón de Aquiles o la kriptonita de Superman. El equipo regio suele sufrir contra un rival más débil económicamente que ellos.

Tigres fue mejor, incluso Jordan Sierra impactó un tiro al travesaño, pero la suerte les dio la espalda.

El proclamado Rey de Nuevo León no estuvo en el Cuauhtémoc, ni André-Pierre Gignac ni nadie.

La Franja aguantó, se atrevió a ofender, sin embargo, el muro regio nunca se quebró.

La pólvora de ambos se cebó. Empate gris y poco lucido.

 

EL JUEGO

Un tigre que abrió su jaula la semana anterior, apareció en Puebla. El equipo regio, alejado de su mejor nivel, quiso acorralar a su presa.

La Franja no mostró miedo, al contrario, por alguna razón, los camoteros son casi inmunes al poderío norteño.

Salvador Reyes se animó pronto, el joven tiró raso luego de un ‘tacón´ de Omar Fernández, la jugada fue vistosa, pero no para superar a Nahuel Guzmán.

El juego fue tenso, mucho músculo, pero con llegadas esporádicas.

Raymundo Fulgencio, el hijo del famoso Filiful, regateó por el lado derecho, centró, Gignac se elevó y cabeceó, pero Nicolás Vikonis, detuvo sin problemas el remate.

La batalla continúo pareja, demasiado sudor en la camiseta, pero sin sacarle provecho.

Tigres tuvo más tiempo el balón, Enner Valencia sin pólvora desde hace mucho, cabeceó el esférico en el área, sin embargo, salió desviado. El ecuatoriano necesita una limpia.

Las jugadas disminuyeron, la intensidad también.

Vino la pausa.

Al regresar al campo el equilibrio se mantuvo. Juan Reynoso arriesgó y arrancó el juego táctico. El peruano metió a Alan Acosta y luego a Christian Marrugo al campo. El mensaje fue claro. Atacar.

Puebla se notó más ágil, agresivo, pero enfrente tuvo a una zaga sólida.

La batalla volvió a enlodarse.

André-Pierre Gignac, tras meterle tres goles a Pumas la semana anterior, buscó rugir, pero Daniel Arreola principalmente, lo frenó cada que pudo.

Vinieron más cambios, Alejandro Chumacero del local y Jordan Sierra de los regios.

La paridad se mantuvo, pero la balanza casi se inclina para el lado regio en la agonía del partido.

Sierra disparó, el balón superó a Vikonis, iba a la red, pero el travesaño les negó la felicidad a los norteños.

Ese fue el colofón del partido.

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