Medallista de plata durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Belem Guerrero hizo honor a su apellido: una guerrera del ciclismo que a lo largo de años construyó una de las carreras más significativas para una deportista mexicana en la historia.

Sintetizó todo lo que vivió en el deporte en una frase: “Fui muy competitiva”. No había mucho ciclismo femenil, algunas que le antecedieron fueron pioneras y en 1980 arrancó su carrera en las categorías infantiles y juveniles.

“Después, cuando empezamos a competir a nivel internacional, México en el ciclismo, en la pista era todavía menor, era un poco complicado que nos dieran un lugar; después de ello empezaron a ver los frutos con los resultados de Nancy Contreras y míos es como empezamos a avanzar, pero si nos costó mucho trabajo”, relató.

Para Belem, que nació en la Ciudad de México el 8 de marzo de 1974, y desde los 5 años vivió en Ciudad Nezahualcóyotl, las ganas y los deseos abrieron puertas. Al hablar de los obstáculos que vivió, consideró que al final sabe mejor una medalla.

Al no haber mujeres en el ciclismo, Belem se desarrolló con varones en la categoría mayor para que le pusieran atención, porque con su categoría de niños no la dejaban correr, le decían que porque sentían miedo que les ganaran y la ubicaban en otra más alta para tener un resultado menor, pero señaló que no había problema, “quedar en último me enseñó que no siempre se gana, hay que perder para saber ganar”.