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Mira

10, marzo 2020 - 1:17

┃ Yael Rueda

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No existe nada mejor que cumplir los sueños que cada uno tenga en la vida, lograr las metas llena los ojos de un brillo muy especial e infla el pecho de orgullo; pocas cosas dan tanta felicidad como que el trabajo sea reconocido. Todo eso y más es lo que ha sentido Wendy Toledo al recibir el trofeo del Guante de Oro del Premundial Femenino Sub-20 de la Concacaf. Así lo confesó en charla exclusiva con el Diario de los Deportistas.

“Representa un orgullo y una felicidad, es algo por lo que he estado trabajando y estoy muy contenta de que se haya cumplido uno de mis sueños”, se sinceró a la llegada del equipo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Los objetivos tienden a renovarse con el paso del tiempo y en el caso de la cancerbera, no es la excepción, ahora está lista para llegar al Mundial de Panamá y Costa Rica 2021, donde quiere hacer historia con la Selección Mexicana que dirige Mónica Vergara.

“Es una pasión representar a mi país, nos sirve para seguir preparándonos, para seguir metiéndonos y mentalizándonos que lo más fuerte es el Mundial”, expresó.

Explicó que la creación de la Liga MX Femenil ha comenzado a arrojar resultados para el Tricolor, ahora es más fácil para todas mantenerse en un buen nivel gracias a la continuidad de la competencia y de la alta exigencia que los clubes tienen sobre sus futbolistas.

“Sí, claro, tener un ritmo de partido, tener competencia, equipos que te exigen resultados, eso ya te hace llegar a un mejor nivel a la selección nacional”, comentó.

La portera mandó un mensaje de solidaridad para todas aquellas que luchan por los derechos de las mujeres, pero también para las jovencitas que tienen el sueño de jugar al futbol y hacerse de un nombre importante en la historia del balompié mexicano.

“Les quiero decir que no se detengan, que los sueños se cumplen, las mujeres somos muy fuertes y si nos lo proponemos podemos lograr lo que queramos, todos nuestros anhelos”, sentenció.

La guardameta nacida en el estado de Coahuila fue pieza fundamental del equipo de Mónica Vergara, a tal grado que ‘bajó la cortina’ en los partidos ante Nicaragua, Guyana y Trinidad y Tobago, además de que en la semifinal contra Haití atajó un penalti que significó el pase a la final y el consiguiente boleto mundialista.