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13, abril 2020 - 2:04

┃ Alejandro Alfaro

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POR ALEJANDRO ALFARO

FOTOS: RAMÓN ROMERO

La famosa garra charrúa se ha instalado en Coapa. América apostó fuerte por dos jóvenes uruguayos para ser piezas claves en zonas de la cancha tan importantes como la defensa central y el eje de ataque.

Primero fue Federico Viñas. El Tanque llegó con poco cartel y más dudas que certezas; sin embargo, su respuesta fue prácticamente inmediata. Con goles se ganó un lugar en el equipo, así como el reconocimiento de los aficionados. La directiva americanista tomó una decisión y hará válida la opción de compra del ariete.

Un semestre después arribó Sebastián Cáceres. El zaguero era objeto de deseo en el Nido desde mediados de 2019, pero por diferentes circunstancias no se pudo cerrar su fichaje en ese momento. Meses después se cristalizó su contratación y se espera que cuando se reanude la Liga MX pueda mostrar su valía y todas las cosas buenas que se hablan de él en el cono sur.

A Federico y Sebastián los unen más cosas que la nacionalidad y su presente como azulcremas. Antes de eso, durante su adolescencia, los dos formaron parte de las divisiones inferiores de Liverpool, viajaban en el mismo autobús y entrenaban a la misma hora en canchas contiguas.

Todo esto fue relatado al Diario de los Deportista por Marcos Posadas, visor y formador de jóvenes talentos, quien recuerda con claridad esta etapa en la vida de Viñas y Cáceres.

“Federico (Viñas) y Sebastián (Cáceres) no compartieron equipo, pero tienen un año de diferencia; Cáceres es generación 99 y Viñas es generación 98. Estaban bajo el mismo régimen, entrenaban el mismo día y a la misma hora, nada más que en diferentes canchas”, recordó.

Aunado a esto, Posadas manifestó que ese vínculo que crearon de más chicos fue favorable para ahora que se han reencontrado más allá de sus fronteras.

Se conocen y por eso ahora creo que les ha hecho muy bien reencontrarse ahí y tener una persona conocida. Se conocen desde chicos y han compartido bastante tiempo e instancias. Además, por decir algo, ellos en Liverpool salían en autobús de Belvedere hacía el lugar de la práctica, viajaban juntas las dos categorías, porque son continuas. Eso generó un vínculo previo que es increíble, con el tiempo uno dejó el club, el otro continuó y se volvieron a encontrar; eso es lo lindo de este deporte y de la vida”, apuntó.

 

VIÑAS SIEMPRE BRILLÓ

Al momento de detallar los casos individuales, Marcos confesó que a Federico Viñas siempre se le notaron condiciones especiales para el futbol. De chico no se desempeñaba como centro delantero, jugaba como medio ofensivo y más adelante hasta de lateral izquierdo, esto a fin de esperar a que se desarrollara físicamente.

“En el caso de Viñas, él jugaba al baby futbol en Nuevo Juventud, un equipo del barrio de La Teja. Él era siempre un volante ofensivo, muy buenas condiciones se le veían desde chico; pierna zurda y capacidad goleadora, era muy buen armador de juego. Él en la etapa de los 12 y 13 años físicamente todavía no se había desarrollado, lo ponían como lateral izquierdo para que pudiera jugar y a su vez lo esperaran (a que se desarrollara). A los 15 años decidió dejar el futbol, se fue de Liverpool, quedó un tiempo sin jugar y retomó como centro delantero, que fue una de las cosas fundamentales”, detalló.

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A Federico lo descubrió el captador de talento Wlison Di Cono, además de Nil Chagas, quienes en su momento insistieron para que no dejara el futbol por el talento que veían en él, aunque al final lo abandonó por algunos años.

“Siempre se vio su talento. De chico, Wilson Di Cono y Nil Chagas insistían porque era un jugador con talento. El tema fue que en un momento él decidió por diferentes motivos abandonar el futbol y después toda la historia que se sabe cuando él lo volvió a hacer de más grande. Rompió los esquemas de lo que estamos acostumbrados”, dijo, al tiempo de agregar que “estuvo cerca de tres años tras la captación del equipo. Estuvo en el Sub-14, en Sub-15 dejó Liverpool y después de un tiempo sin jugar retomó de grande y vino la historia que ya todos conocen. Justamente las personas que lo tuvieron tres años en la captación y cuando se le fichó, se dieron cuenta que era uno de los jugadores con mayor talento que había en Montevideo, pero después el camino, las decisiones y un montón de cosas hicieron que estuviera en stand by, pero fue un jugador que siempre destacó. Se desapareció del futbol juvenil porque lo dejó, pero en realidad cuando apareció de vuelta los que realmente lo conocemos sabemos la clase de jugador que es y no nos sorprendió lo que logró”.

 

UN DEFENSA DISTINTO

En lo que respecta a Sebastián Cáceres, Marcos Posadas recordó que él también llegó a Liverpool en otra posición distinta a la que hoy domina. Era mediocampista, pero con el tiempo se acomodó como defensa central.

“Él se ficha en Liverpool a los 13 años y debutó en la séptima división el año 2013, en Sub-14; siempre jugó como zaguero, más allá de que en baby futbol -que es la etapa que va desde los cinco hasta los 13 años- supo jugar de mediocampista varios partidos, pero en lo que es la actividad oficial en competencias organizadas por la Asociación Uruguaya de Futbol y defendiendo la camiseta de Liverpool, siempre fue zaguero”, compartió.

En lo que respecta a las condiciones de Sebastián, Posadas se refirió a él como un defensa distinto al zaguero promedio de Uruguay. Antes que la fuerza, Seba pone su técnica para competir.

“Es un defensa que va contra la costumbre de los zagueros uruguayos que están quizá marcados por ser defensas violentos y de pegar, con poca calidad técnica. Él va contra esos paradigmas y es absolutamente lo contrario, es un jugador limpio que prácticamente no tiene expulsiones en la Primera División. Por su técnica depurada no necesita apelar a situaciones de violencia u otros argumentos. Es un chico que su tarea la hace con armas nobles”, cerró.

América se ha impregnado de la esencia competitiva que caracteriza a los jugadores uruguayos. Los dos jóvenes están llamados a ser pilares en el presente inmediato de unos cremas que esperan con ansia el regreso del futbol para ir en busca de sus objetivos.

 

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