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16, abril 2020 - 15:09

┃ José Luis Camarillo

Julio César Chavéz

Julio César Chávez júnior admitió que los halagos de personas que se le acercaron cuando se convirtió en el primer mexicano campeón del mundo de peso medio (WBC) y comenzó a cobrar fuertes cantidades de dinero, pero sobre todo, “no tener los pies bien puestos en la tierra”, lo llevaron al alcoholismo y posteriormente a tener problemas con el consumo de drogas. Así lo dijo este mediodía desde su hogar en Culiacán, en un chat telefónico a través de Facebook con Mauricio Sulaimán Saldívar, presidente del Consejo Mundial de Boxeo.

“Fue algo que me afectó sin darme cuenta”, admitió el Júnior. “Comencé a tener problemas, poco a fui perdiendole el amor al boxeo. Me doy cuenta después de que ya hace 17 años que debuté. Ahorita me pasa al revés, no es tanto pensar en el dinero porque a veces el dinero hace daño de una u otra forma, si llega cuando no está uno preparado mentalmente”.

El hijo del César del boxeo comparó su caso “como cuando alguien se gana la Lotería de un golpe y no está preparado, te puede hacer daño. Cuando yo empecé a boxear, nunca pensé ganar dinero, me dediqué a boxear porque mi papá era un gran campeon y yo quería ser campeón. Un día se presento el negocio, empezó a haber dinero”.

“Lo que uno quiere es ganar el campeonato mundial -explicó-, a veces le lavan la cabeza a uno, que es mejor otra cosa y así cuando uno gana dinero se acerca mucha gente, no te das cuenta si eres campeón. Yo pensaba que estaban muy bien todos los halagos, me los creía, muchas cosas fueron reales arriba del ring, pero afuera también es importante, cosa que yo no llevé mi vida fuera del ring bien organizada”.

Julio reconoció que “hace dos años no me habría levantado para esta entrevista porque me dormía hasta muy tarde. Muchos de mis entrenamientos en mi etapa de campeón eran ya muy entrada la noche. Perdí credibilidad un tiempo, ya nadie creía en mí, ni mi mamá”.

SE SENTÍA INVENCIBLE

El peleador sinaloense de 34 años de edad reconoció que su peor falla “fue pensar en un momento de mi carrera que nadie me podía ganar, que podía hacer lo que yo quería, porque estaba muy activo y muy fuerte. Mi más grande error fue pensar que todo era físico, a veces se me olvidó estar bien de la cabeza; nací boxeando y entonces el tema era mental”.

Chávez hijo subrayó: “Me arrepiento de haberme desviado de lo que amé, que es el boxeo. Yo pensaba que el boxeo ya no me gustaba; estaba evadiendo la realidad. Me miro en video de hace tres años, gordo, abotagado, no se me entendía lo que hablaba. Llegué a un momento en que no podía hablar, es bien complicado y me pasó. Sí, me arrepiento de haber usado drogas, es algo que nunca hubiera querido, la verdad”.

“Se me vinieron momentos difíciles-abundó-, porque yo los creé. Pero, me di cuenta que lo dificil, estar bajo presión, sin credibilidad, fue lo que me hizo mejorar. Lo que tenía que hacer era comprometerme conmigo y ver la realidad; a veces no nos gusta ver la realidad, preferimos evadirla y lo correcto es afrontarla porque tiene solución”.

El Júnior recordó que don José Sulaimán le dio muchos consejos al recibirlo el dirigente boxístico en su casa de la Ciudad de México, desde que él era niño; asimismo, rememoró la visita que le hizo al ex presidente del WBC en un hospital de Los Ángeles, California, a pocos meses de su fallecimiento, para entregarle los guantes de su triunfo sobre Brian Vera. Dicho suceso tuvo efecto en la última semana de 2013.

Sobre su futuro boxístico, Julio reveló haber cruzado mensajes con el británico Rocky Fielding, con quien podría combatir bajo promoción de Eddie Hearn.

Durante el chat recibió un mensaje de saludo de Sergio “Maravilla” Martínez, quien lo destronó en septiembre de 2012 en Las Vegas en un combate que tuvo un final estremecedor, porque el de Culiacán estuvo muy cerca de poner fuera de combate al argentino en el asalto final. “La verdad, no podía creerlo, Martínez me estaba ganando toda la pelea y me dio miedo repetir la hazaña de mi padre cuando noqueó a Meldrick Taylor en el último round”, matizó, y se dijo dispuesto a volver a medirse con el “Maravilla”.

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