Foto: Mexsport

A punto del llanto por el coraje reprimido, Javier Lazcano, ex jugador del Atlante y elemento fundamental de La Peña Atlantista del General Núñez, señaló que si desaparece el Ascenso, y por ende el Equipo del Pueblo quedaría en el limbo, preferiría que finalizara sus días en la capital del país, y no en Cancún, donde nunca pudo tener arraigo.

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“Para todos los atlantistas es algo muy lamentable que hayan tomado esta decisión, ya que acaban con el sueño de su afición de ganar el pase en la cancha, el boleto a la Primera División y de un golpe y plomazo terminan con todo esto y no sólo del Atlante, sino de otros equipos también”.

Lo que más duele, señaló Lazcano, es que este equipo de los Prietitos fue de “los fundadores de la Federación Mexicana de Futbol, con un gran historial, con una gran afición, con una directiva nueva, que también tomó esa decisión y no sabemos a dónde vaya a dar”.

Al ser cuestionado sobre lo que más recuerda del Atlante, Javier parece que recobra el orgullo y señala: “Creo que la hazaña del 76-77, cuando se bajó a Segunda División y al siguiente torneo se subió, con muchas deficiencias: sin sueldo, rentando balones, sin lugar dónde entrenar, pues entrenábamos en el Deportivo Reynosa, en Azcapotzalco.

“No teníamos ni uniformes y nos cosían las playeras y los shorts, porque ni para eso había, y a veces entrenábamos en el camellón gigante, enorme, que nosotros le decíamos que era pasto inglés, porque era puro pasto, tierra, vidrios y piedras. Y eso fue lo bonito, que todo el equipo que bajó a segunda era de mexicanos y todos carecíamos de todo, y a pesar de eso, volvimos a Primera División”.

Y por eso, le duele lo que vive el equipo, sin estar en casa, porque en Cancún lo que “pega es el beisbol. El futbol lo metieron como con calzador de zapato. Se tuvo la suerte que en el 2007 se ganara el campeonato, se llenara el estadio y se pensara que el equipo iba a echar raíces, pero no, pues con 200 personas que entraran con boleto pagado, no era negocio”

Y en torno a que si llegara a permanecer en el limbo en la llamada Liga de Desarrollo, al menos que lo hiciera en su casa, la Ciudad de México.

“Sí, que al menos la directiva nos dé una noticia oficial y que si en el escritorio se pueda esto arreglar o no, y nosotros lo decimos en broma: Si los viera el General Núñez, los mandaría al paredón. La afición en la capital nunca se ha ido; lo han hecho técnicos, jugadores, pero la afición no. Nunca nos ha dado la satisfacción de que ’sí lo regresamos a la capital’, no, todo lo quieren hacer en Cancún”.