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27, abril 2020 - 8:15

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POR MARYSOL FRAGOSO

Se trata de la persona con la que el torero pasa más tiempo, por ello, la en la que deposita toda su confianza, su labor es discreta pero mayormente importante: el mozo de espadas o mozo de estoques, quien literalmente se convierte en la sombra del torero al que acompaña a los ruedos. Pocas veces lo acompaña en la celebración de un triunfo porque está resolviendo asuntos, pero eso sí, será el único que estará a su lado cuando acontezca un fracaso.

Por ahora, esta fuente de trabajo entró en compás de espera, así como la de los otros sectores que integran la tauromaquia y que, como la mayoría de las actividades en el país, se encuentra suspendida hasta que se levanten las medidas impuestas contra el Covid-19.

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Cabe resaltar que los mozos de espadas se encuentran afiliados a la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos Rejoneadores y Similares (ANMNy R), con lo cual, individualmente puede pagar un seguro de gastos médicos que lo cubra en caso de cualquier accidente que se genere durante el transcurso de la lidia. En la actualidad, alrededor de 24 se encuentran registrados, aunque como suele suceder en México, los hay quienes se desempeña al margen de esta agrupación, en especial, los que viven en el sureste del país y participan en festejos informales.

Desde finales de marzo la mayoría de los mozos de estoques se ven afectados por la falta de ingresos, tras la suspensión de por lo menos 70 festejos formales en el norte y centro de la República Mexicana, más los que se han ido sumando en estados como Campeche, Yucatán y en entidades cercanas. Para paliar la problemática económica por ahora algunos están empleándose en actividades cono choferes, repartidores de mercancía o alimentos, etc., y los menos se mantienen de sus ahorros.

Don Jesús Martínez sirvió los aceros a Jorge Gutiérrez y al Zotoluco. / FOTO: Cortesía Renato Martínez

El sueldo de cada mozo de espadas ronda entre 2,500 y 5,000 pesos por tarde, dependiendo del torero que los contrate, es decir, su salario se equipara con el de un subalterno de a pie. Se dividen en los que están de fijo a las órdenes de un coleta. Es el caso de los matadores o novilleros que torean continuamente y ocupan los primeros sitios del escalafón, aunque también, existen los que se contratan por ocasión – o sueltos- con varios toreros que tienen menor actividad.

Cada mozo de espadas debe contar con otra persona que lo auxilie, este recibe el nombre de “ayuda”, que también tiene un sueldo, menor al del mozo. Por lo general el llamado ayuda limpia los avíos durante la lidia y carga la espuerta (maleta especial) donde estos se transportan.

 

Renato Martínez es mozo de espadas de El Payo desde 2008. / FOTO: Cortesía Renato Martínez

En México, existen familias que han hecho de esta profesión su forma de vida, como la de Los Bobadilla, cuyo patriarca sirvió a las órdenes de Manolo Martínez y en la actualidad, sus hijos están colocados en la cuadrilla de destacados matadores.

Otro caso es el de don Jesús Martínez, quien por largo tiempo sirvió las espadas al matador Jorge Gutiérrez y también a Eulalio López Zotoluco y en la actualidad se mantiene en activo al lado de los hermanos Llaguno: el matador Juan Pablo y el novillero Juan Pedro. El hijo de don Jesús, Renato Martínez, abrazó la misma profesión, ha estado en las filas de matadores como Ignacio Garibay, José María Luévano (q.e.p.d.) y desde 2008 está fijo con Octavio García El Payo.

Han existido mozos de estoques que han estado toda su vida al lado de un torero o de una familia de toreros, es el caso de Luis Rodríguez, apodado cariñosamente Pinocho, quien cuando contaba con 16 años de edad, empezó a trabajar al lado del matador Juan Silveti El Tigrillo, para continuar con los hijos de este, los matadores David y Alejandro Silveti, e incluso con el nieto de don Juan, el matador Diego Silveti. Tras más de 60 años de servicio falleció en septiembre de 2019. Un caso similar fue el de Rafael Toscano, sevillano de nacimiento, quien sirvió las espadas a Miguel Espinosa Armillita, hasta el día de su muerte en 2006.

Este pequeño pero importante gremio del toreo se busca la vida con habilidad a la espera de que se presenten tiempos mejores.