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Mira

21, abril 2020 - 12:48

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La madrugada de este martes el matador ecuatoriano y adoptado por Tlaxcala, Bolívar Vasco, perdió la batalla con el voraz coronavirus; el torero veterano había estado internado desde hacía varios días en un hospital de la Ciudad de México.

Amigo de los amigos, Bolivar siempre tuvo la palabra franca y la alegría de convivir en todo momento. Fue un enamorado del toro romántico y gusto de impulsar a varios toreros, entre ellos a los hermanos Macias, de Tlaxcala, por quienes siempre apostó sin reserva.

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En 1949 vio su primera luz el torero, allá en Píllaro, Ecuador, pueblo de tantos que existen en la provincia de Tunhurahua; comenzó su andar en la brega del toro muy joven, logrando presentarse como novillero en la Monumental de Quito, en 1977.

Poco estuvo por sus terruños, ya que decidió emigrar a México y echar raíces por acá; en Tuxtla Gutiérrez tomó la alternativa, el 1 de octubre de 1978, llevado de padrino nada menos que a Eloy Cavazos y de testigo a Ernesto San Roman El Queretano, con toros de Matancullas. Tiempo después tuvo tardes importantes en Quito, pero finalmente decidió quedarse en suelo azteca.

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Aquí hizo gran parte de su vida, sembró amigos y se ganó un sitio en la fiesta enseñando la profesión. También se ganó a pulso un lugar entre los bohemios de corazón.
Le sobreviven esposa e hijas.

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