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24, abril 2020 - 15:59

┃ José Luis Camarillo

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Julio César Chávez está dispuesto a subir al ring con los guantes puestos y regresar al estadio Azteca, donde impuso récord de asistencia, para realizar una función masiva a beneficio de la gente víctima de la actual pandemia.

De esa forma se manifestó el gran campeón mexicano en una entretenida charla con Mauricio Sulaimán a través de Facebook Live, en la que sacó la chispa que le caracteriza al expresarse y e hizo revelaciones dramáticas, como es haber logrado lo que más deseaba en la vida, rodeado de lujos que incluyeron un avión privado y un yate, pero con todo eso llegar a sentir un gran vacío en su interior, lo cual lo llevó a sumergirse en el averno de las drogas.

No obstante lo anterior, subrayó: “Si volviera a nacer, sería boxeador otra vez (…) si me hubiese cuidado, yo habría llegado a 100 peleas invicto, estoy plenamente seguro”.

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La entrevista permitió intervenir a los medios a través de mensajes. Así, JC respondió a la pregunta de qué cualidades (se le pidió escoger entre otros campeones) debe reunir el boxeador perfecto, para lo cual citó la pegada de Mike Tyson, la quijada (aguante) del “Canelo” Álvarez, la velocidad de Sugar Ray Leonard, el boxeo fino de él mismo (Chávez), la preparación de Salvador Sánchez, el valor del “Travieso” Arce y las piernas de Floyd Mayweather.

Puntualizó que el aislamiento obligatorio por el Covid-19 no le es extraño, “pues vivía encerrado dos meses en las concentraciones para mis peleas. La he pasado bien con la familia, con mi señora, come y come (bromeó) y haciendo ejercicio. Estamos contentos, pero a la vez preocupados porque desafortunadamente esta pandemia ha ido creciendo y esperamos que estas dos semanas sea el pico y comience a bajar y a controlarse. La gente necesita trabajar, necesita salir comer. Vamos a ver qué hacemos, algo benéfico”.

“Vamos a hacer otra pelea de exhibición con el “Travieso”. Con Óscar de la Hoya no hay para cuándo, no quiere bajar de peso”, matizó.

Chávez revivió al enorme éxito de su segunda exhibición con el “Travieso”, en Hermosillo, a lo cual el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (estuvo presente) observó que “la explosión del público era como si Chávez estaba defendiendo su título mundial”. El directivo le propuso montar una exhibición en la plaza México o en el estadio Azteca, ante el agrado del César del boxeo.

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Julio rememoró cuando no pudo disfrutar su luna de miel con Amalia Carrasco, la mamá de Julito y Omar. “Me acababa de robar (a Amalia) y repentinamente me avisaron que iba a pelear con el ‘Azabache” por el título del mundo. Casi me agarraron con los pantalones abajo y dejé todo para ir a California, a firmar el contrato con Don King”.

“Despues de ganar el campeonato, de cumplir mis sueños, el recibimiento que tuve en Culiacán fue algo grandioso”, evocó. “Nunca habían recibido a una persona así, casi 300 mil gentes del aeropuerto hasta la casa, las calles llenas de gente, fue algo increíble.
El célebre peleador reconoció que “luego perdí la dimensión, de ahí se vino abajo todo”.

Chávez reconoció el apoyo que tuvo por parte de don José Sulaimán en su carrera y para comenzar a cobrar conciencia de que necesitaba rehabilitarse. Durante la charla se mostraron fotos de Julio con distintas personalidades deportivas y otras, en las que está muy sonriente junto a don José.

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“Se me hizo un nudo en la garganta”, exclamó JC. “Siempre estaré muy agradecido con tu papá. Fue la primera persona que me llevó a una clínica de rehabilitación y constantemente me decía ‘no quiero que usted termine mal, usted no sabe lo que vale para México, usted es muy grande, no sabe lo que el pueblo lo quiere, voy a luchar hasta que usted esté rehabilitado, hasta que esté limpio; no voy a permitir que termine en la calle’. Don José fue el primero que me llevó a una clínica, vino a Tijuana para me llevarme a una clínica en San Diego; él pagó. Yo andaba muy mal económicamente, le di el gusto, gracias a Dios, de verme bien, me vio limpio, y eso es con lo que me quedo”.

El César reveló que su inspiración fue Rubén “Púas” Olivares. “Me encantaba y yo nada más decía ‘no voy a ser igual de borracho’, y creo que fui peor que él. Me gustaba mucho cómo peleaba, tenía ese gancho al higado, mucha habilidad y una izquierda maravillosa”.

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