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28, abril 2020 - 8:00

┃ José Luis Camarillo

ARCHIVO ESTO

 

POR JOSÉ LUIS CAMARILLO

El público mexicano ha experimentado alegrías supremas en distintas ocasiones, al saborear el placer de Dioses que, según dicen, es la venganza.

 

La primera ocasión fue cuando el tapatío José Becerra noqueó al argelino-francés Alphonse Halimi, el 8 de julio de 1959, ante un enfebrecido público en la Sports Arena de Los Ángeles, para cobrarle la afrenta de haber vencido al ídolo Raúl ‘Ratón’  Macías, por la corona mundial gallo de la NBA, y volver a ponerlo fuera de combate en febrero de 1960, en el Memorial Coliseum angelino. El fracaso de Macías contra Halimi es considerado la noche más triste del pugilismo de nuestra nación.

 

Dos décadas más tarde, el 21 de agosto de 1981, en Las Vegas, vendría aquel contundente triunfo de Salvador Sánchez, por KO, en ocho episodios sobre el puertorriqueño Wilfredo Gómez, quien era aplastante favorito. Gómez había sido implacable vencedor de nuestros compatriotas.

Sal Sánchez, cuya carrera fue truncada por un accidente automovilístico en agosto de 1982, en el apogeo de su carrera, compite en forma recurrente con Julio César Chávez sobre el mítico título de boxeador mexicano más grande de la historia. La incógnita permanecerá por siempre.

Chávez, por su parte, resarció a nuestro boxeo de reveses impuestos a nuestros paisanos, al imponerse a Roger Mayweather -dos veces- y al ‘Macho’ Camacho.

Al superar a Mayweather por segunda vez, el César del boxeo recuperó para nuestro país el cetro mundial superligero del WBC, que el estadounidense apodado “Black Mamba” le arrebató al michoacano René Arredondo, y que había defendido con éxito al noquear a los aztecas Mauricio Aceves y Rodolfo “Gato” González II.

 

ESTRADA-‘CHOCOLATITO’

Román “Chocolatito” González es el máximo verdugo de mexicanos en los tiempos recientes, a lo largo de sus reinados mundiales en peso mínimo, minimosca, mosca y supermosca.

 

El sonorense Juan Francisco ‘Gallo’ Estrada, quien se cuenta entre las víctimas del ‘Chocolatito’ cuando desafió al centroamericano por la faja minimosca de la WBA, en noviembre de 2012 en Los Ángeles, en lo que fue una gran pelea que terminó con una apretada votación a favor de González, parece cerca de poder vengar su propio tropiezo y pasarle cuentas a Román por sus triunfos sobre más de una docena de los nuestros.

Un segundo choque entre el ‘Gallo’  y el ‘Chocolatito’  es exigido por los fans de todo el planeta. El de Nicaragua era “número uno” del orbe en todas las divisiones, hasta sus derrotas contra el tailandés Srisaket Sor Rungvisai.

 

Román regresó a los primeros planos al destronar al inglés Khalid Yafai como soberano de las 115 libras de la WBA, en febrero pasado.

Estrada es el monarca supermosca del WBC desde que superó por decisión unánime al mencionado Sor Rungvisai, en abril de 2019.

¿Cobrará Juan Francisco desquite de Román?

 

 

Rivalidad que comenzó con Argüello-Olivares

La reciente coronación de Román González como soberano supermosca de la WBC hace posible un encuentro de campeones con el nicaragüense Juan Francisco Estrada, y vendría a revivir la añeja rivalidad entre combatientes de ambos países, que comenzó desde que Alexis Argüello derrocó al ídolo Rubén ‘Púas’ Olivares como rey pluma de la WBA, el 23 de noviembre de 1974, en El Fórum de Los Ángeles. Fue un nocaut en el round 13 de un combate de altas emociones.

 

A partir de entonces, Argüello salió avante contra oros mexicanos, incluyendo a campeones del mundo, contra los que se enfrentó, tales como Rosalío Muro, Saúl Montana, Pepe Torres (éste lo puso una vez en la lona y terminó con una decisión dividida), Salvador Torres, Mario Méndez, Rafael “Bazooka” Limón y José Luis Ramírez.

 

En orden cronológico, el ‘Chocolatito’ ha derrotado en pleitos titulares, desde que era monarca de las 105 libras, a mexicanos como Francisco ‘Chiquita’ Rosas, Iván ‘Pollito’ Meneses, Manuel ‘Chango’  Vargas, Omar Salado, Omar Soto, Ramón ‘Príncipe’ García (luego vendría el ‘Gallo’ Estrada), Édgar Sosa y Carlos Cuadras. A este último le ganó mediante un veredicto no muy claro, por lo que también está en el aire un pleito de desquite entre el centroamericano y el sinaloense.

 

A los mencionados habrá que sumar a otros mexicanos doblegados en duelos fuera de campeonato por Román, como son Francisco ‘Chihuas’ Rodríguez, Óscar Blanquet, Valentín “Picoco” León, y Moisés Fuentes.

 

En reciente entrevista para PeleaMundo, el nuevo canal del ex campeón mundial Jessie Vargas, Estrada y González expresaron su aceptación por una nueva pelea, aunque advirtieron, sobre todo el “Chocolatito”, que los promotores “deben pagarles muy bien”.

 

 

OTRA DE VENGADORES

Terrible Morales: “fue una bonita noche”

 

Érik Morales, el cuatro veces campeón del mundo en distintas divisiones por el WBC y actual diputado federal, guarda entre sus máximas satisfacciones haber sido el primer mexicano que venció a Manny Pacquiao, con lo que pasó factura al zurdo filipino que había hecho morder el polvo a otros peleadores mexicanos.

 

Antes de ser frenado por el ídolo de Tijuana, el apodado ‘Pac Man’ había noqueado técnicamente a Marco Antonio Barrera, y también había doblegado a otros aztecas como Emmanuel Lucero y Gabriel Mira, en duelos titulares. A Juan Manuel Márquez lo derribó tres veces en el primer round de su primer encuentro, que terminó en empate.

 

El 19 de marzo de 2005, Morales se impuso a Pacquiao por decisión unánime en 12 rounds de una pelea que fue vista por millones de mexicanos, mismos que gozaron al máximo con la lección de boxeo impartida por el púgil fronterizo en el ring del MGM Grand de Las Vegas, por el fajín internacional superpluma del WBC.

 

Morales asentó: “A la pelea con Pacquiao subí con una visión bien clara de lo que quería. Yo venía de mi tercer combate contra Barrera (Érik perdió por muy apretada decisión mayoritaria) y tenía bien claro que quería seguir en la cima del boxeo. Para reafirmarme en esa posición, pedimos la pelea con Pacquiao, que le había ganado a varios mexicanos y era de suma importancia derrotarlo para volver a quedar arriba de todos”.

 

El guerrero de Tijuana abundó:

“Llegué bien enfocado, bien trabajado, con una fe increíble de que conseguiríamos nuestro objetivo, de lograr el éxito. Gracias a Dios, nos salió una bonita pelea, fue una bonita noche, resultó una demostración de lo que podíamos hacer. Fue emocionante. Han pasado los años y la gente sigue recordando ese gran triunfo y lo sigue reconociendo como una gran victoria, de lo cual me siento muy contento, por haber hecho la pelea que muchos mexicanos querían ver”.

 

Sobre la preparación que hizo junto a su padre y entrenador, el ex púgil José “Olivaritos” Morales, nuestro entrevistado explicó que no implementaron nada especial.

 

“Hicimos una preparación básica, sin tanta novedad, más bien con pura técnica; correr, entrenar como si yo fuera un aprendiz, y comprobamos que se puede ganar con las ganas de hacer las cosas bien. Para mí fue una pelea sumamente motivadora, estaba bien enfocado, con muchas ganas de ganarle”.

 

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