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2, mayo 2020 - 12:49

┃ EFE

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España salió a la calle en una gran fiesta y una gran avalancha, por fin el calendario señaló que era 2 de mayo. El día esperado desde hace mucho tiempo, tanto como 47 días, para volver a salir por las calles o parques de nuestras ciudades para practicar deporte.

Desde las seis de la mañana era posible, y sí más de uno a esa hora con la luna como testigo, salió de su casa, enfundado en sus zapatillas, para dar rienda suelta a uno de sus grandes aficiones, correr.

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Una necesidad que el cuerpo pide a todo aquel que regularmente salía a correr varias veces a la semana antes de todo esto, y que debido a la pesadilla del coronavirus, tuvo que dejar de hacer. Muchos, la mayoría, se inventaron estas semanas diferentes formas de combatir el ‘mono’ de todo runner en confinamiento, pero eso no es lo que necesita un runner.

Nada es comparable con el poder salir a correr, a sudar, a disfrutar de esa lucha entre cuerpo y mente por alcanzar unas determinadas metas, cada uno las suyas. No hay nada más personal, que los objetivos que se pone cualquier corredor popular.

 

Fotos: Twitter @ssssssune

 Este sábado, más de uno repetirá salida, primero en el turno de la mañana, y después el de la tarde-noche. Eso sí con precaución.

Hasta los más consumados runners volverán a tener calambres, molestias musculares, etc, pero disfrutarán del esfuerzo que supone correr, y más con un tiempo primaveral, casi veraniego. Parece como si todas las condiciones se quisieron unir en este inicio de una nueva vida, la llamada nueva normalidad.

Parece que este pequeño regreso a las costumbres de antes, nos hace inmune a todo lo que nos ha pasado en estos últimos meses, pero no. Todavía seguimos en esa pesadilla. Los hospitales, aunque en menor medida, siguen llenos de españoles enfermos, luchando por su vida. Los sanitarios continúan en esa cruzada que se impusieron desde el primer día para salvar la vida de sus compatriotas.

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El salir y disfrutar de nuestro querido deporte es tan sólo un paso, una zancada en nuestro caso, de que estamos venciendo al ‘bicho’, pero todavía queda mucho para poder reunirnos en esas pruebas populares, a las que el virus tanto daño ha causado, o correr en zonas alejadas a nuestro domicilio, en plena naturaleza para los que vivimos en grandes ciudades.

Al cerrar la puerta de casa y comenzar a trotar a muchos se nos pasó por la cabeza, la última vez que salimos a correr y todo lo que pasó a continuación, mucho más que un mal sueño, un pesadilla que siempre recordaremos, y que con la siempre inestimable ayuda del deporte, nos debe hacer mejores.