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7, mayo 2020 - 18:10

┃ José Luis Camarillo

ZAMORITA

Muy entretenida charla sostuvieron Carlos “Cañas” Zárate y Alfonso Zamora con Mauricio Sulaimán Saldívar, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, en el Round 32 de la serie WBC Talks que se transmite vía Facebook Live.

Ambos fueron convertidos en campeones mundiales de peso gallo por el manejador Arturo “Cuyo” Hernández. Zamora indicó que ya había comprado su propio contrato al “Cuyo”, por diferencias de éste con su papá, cuando se llevó a cabo la famosa “Pelea de los Zetas”.

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Tanto Carlos como Alfonso, al igual que Sulaimán Saldívar, hicieron comentarios ante un video que se proyectó de esa histórica guerra del ring. Poncho explicó que su papá, don Alfonso, arremetió contra el “Cuyo” tan pronto como el réferi Richard Steele decretó el final, por la exaltación natural de verlo caído.

Ello ocurrió el 23 de abril de 1977. Ambos se encontraban invictos, y Carlos ganó por nocaut en cuatro rounds. “Sin quitarle ningún mérito a Carlos, quien ha sido un grandísimo campeón, en aquel tiempo yo me drogaba, me la pasaba en fiestas, y no me preparaba bien para mis peleas”, asentó Alfonso. Ambos ya eran amigos y continuaron como tal.

Poncho llegó a invitar a Zárate a una de sus “bacanales”, de las que Carlos evocó que “fumé de una pipa y sentí que volaba”.

Zamora, el único boxeador mexicano medallista olímpico (plata en Munich 72) y campeón mundial profesional, reveló que comenzó a drogarse desde los 13 años de edad.

“Nadie me decía nada, llegaba a dormir a casa cuando yo quería”, sostuvo Alfonso, quien poco recuerda de aquel Septiembre Negro de los Juegos Olímpicos de Munich porque, según platicó, su papá y los directivos de la delegación mexicana lo tenían a muy buen resguardo y no se enteraba de lo que sucedía en el exterior.

Alfonso contó que se metió al boxeo porque en el mismo edificio, en Tlatelolco, vivía el gran entrenador Ernesto Gallardo, con quien comenzó como ayudante (aguador) en los desaparecidos Baños Jordán. Al hacerse profesional, se pasó con el “Cuyo”.

El “Cañas” se metió por primera vez a aprender boxeo en el gimnasio Gloria, muy cercano a su hogar, en Tepito, y, después de platicarlo con su hermano Jorge, decidieron ir a buscar al “Cuyo” Hernández porque sabían que que llevó al campeonato a Rubén Olivares.

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Como coincidencia, narraron que la primera vez que fueron con el “Cuyo”, en años distintos, el legendario mánager los puso a boxear con el mismo peleador tepiteño Lorenzo “Halimi” Gutiérrez, un tremendo peleador malogrado por los vicios.

El “Cañas” expresó que estará eternamente agradecido con don José Sulaimán, a quien llama “mi papá”, porque fue la persona que le tendió la mano para entrar a un lugar de rehabilitación y ser el hombre de provecho en que se convirtió, después de que llegó a vivir en las calles mientras consumía toda clase de enervantes.