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Mira

16, enero 2015 - 21:47

┃ ESTO

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LEÓN.- Siguiendo la línea establecida desde los más recientes torneos, Tigres llegó a León la tarde con el ánimo a tope y la plena consciencia de que el duelo ante la Fiera este sábado podría ser un interesante punto de partida para un nuevo torneo extraordinario como el anterior.
Con un ligero retraso de 25 minutos en su vuelo, el plantel regiomontano llegó a la Capital Mundial del Calzado convertida en un verdadero caos.
Y es que debido a las celebraciones por la Feria de León en su edición 2015, el tráfico se adueñó de las calles e incluso de la carretera obligando a la directiva de los universitarios a crear una ruta alterna para no entrar a la zona centro de la ciudad. El recorrido normal desde el aeropuerto hasta el hotel sede de los Tigres podría hacerse en 35 minutos, este viernes se realizó en poco más de una hora y 20 minutos.
Sin declaraciones acerca del partido, pero sí accesibles para los poco menos de 30 aficionados que acudieron a su recepción, los jugadores de la UANL subieron al camión del equipo y se concentraron en el juego de esta noche.

“TUCA”; GENIO Y FIGURA
Las relaciones sociales no son lo suyo, pero se le agradece el esfuerzo. Ricardo Ferretti trató hasta el último momento de ser accesible para sus fanáticos, posó para las fotos, firmó cuanto objeto le pusieron enfrente pero eso sí, ni una palabra para los medios de comunicación.
El entrenador de los felinos fue uno de los primeros en llegar al autobús, dejó su maleta, revisó que todo estuviera en orden y atendió a sus fanáticos.
Mientras todos los aficionados buscaban a los jugadores, el “Tuca” aguardaba junto al camión, en la parte trasera, recargado en un poste. Quienes lo reconocían se acercaban a él para pedirle una foto, aunque lo hacían a pasos lentos, sin gritos y bien conscientes de que el temperamento del director técnico de los universitarios de Nuevo León podría alterarse en cualquier momento.
De hecho, justo antes de la partida del autobús, un grupo de no más de cinco fanáticos se acercó a él para hacer una foto grupal. Apenas inició el escándalo en el ligero tumulto, Ferretti, tratando de esbozar una sonrisa completamente irreal, subió al camión para indicar que era hora de partir. (Luis Hernández/ESTO del Bajío)