Una revancha que, no obstante el paso del tiempo podría generar una atención mayor entre los fans de todo el mundo, es la que protagonizarían Sergio “Maravilla” Martínez y Julio César Chávez júnior.

Este viernes, Martínez se dijo en un muy buena forma física y anímica para darle la revancha al púgil sinaloense de 34 años de edad, con quien ha intercambiado duras frases de reto en los calendarios recientes.

Recibe toda la información deportiva en tu celular, envía ALTA y suscríbete a nuestro newsletter en WhatsApp

“Ojalá se pueda hacer el combate con Chávez júnior, por la nobleza de este deporte. Ayudaría muchísimo a Julio César, más allá del resultado, de lo que pueda pasar en la pelea. La preparación previa puede ser algo muy bueno para él, porque cuando perdió conmigo, la vida de él como deportista, como ser humano, se había sumido en una crisis depresiva que lo llevó a desviarse del camino deportivo”, expresó Martínez en el round 43 de WBC Talks, con Mauricio Sulaimán, presidente del WBC.

El zurdo sudamericano, de 45 años, subrayó que “Julio va a combatir conmigo, va a necesitar de cinco o seis meses de hacer las cosas bien, alejado de lo negativo. Porque yo puedo hacerle mucho daño de vuelta. Si él no hace las cosas bien, la puede pasar mal conmigo. El boxeo es maravilloso y le puede dar la posibilidad de cambiar sus hábitos durante seis, siete, ocho meses, un año, lo que tarde la promoción, la preparación de nuestro combate, y ¡quién dice que después no pueda cambiar su vida completamente!, y eso me parece fantástico para él, para mí, fantástico por el boxeo”.

“A Julio le digo -prosiguió- que disfrutemos esta preparación día a día, hasta que llegue el combate. Gane él, gane yo (pero, advirtió: ‘voy ganar Julio, ni se te ocurra que vas a ganar’), mi vida no es triunfo o derrota, es vivir día a día en el gimnasio, con mi entrenador, con la gente que me rodea, con mis vínculos, esta puede ser una ocasión maravillosa para cerrar mi carrera”.

Ciclistas mexicanos correrán el Tour de Gila de manera virtual

Asimismo, Martínez reveló que su propio grupo se echó a perder: “Tenía un equipo que cuando apareció el dinero grande, el equipo se quebró, no sabía quién era mi amigo, quién era mi enemigo, y éramos el mismo equipo que un año antes nos dábamos un abrazo todos juntos cuando terminaba el combate