“Algo pasó, algo se metió”, ¿el diablo? Rubén Omar Romano no sabe cómo explicar la serie de penaltis del 23 de mayo del 2010 en Toluca. Los santos se le voltearon.
Sinha y Héctor Mancilla fallaron sus tiros, la serie parecía bendecida, Rubén estaba a punto de correr a festejar su primer título, pero algo pasó…
“Sin lugar a dudas sentí que el campeonato llegaba, más en el penalti que casi le detiene Oswaldo a Diego Novaretti, Oswaldo tocó el balón, luego pega en el palo y apenas se mete a la portería, yo estaba en la banca listo para correr y celebrar con los jugadores, pero el destino nos jugó una mala pasada”, relató Romano a ESTO.
La plática fue vía telefónica, pero Rubén hace que las imágenes de esa final del Bicentenario 2010 se formen en la mente.
Santos tuvo la serie 3-1. Matías Vuoso y Carlos Adrián Morales pudieron apagar el infierno, pero satanás apareció.
“Teníamos dos opciones para meter una, pero fallamos, esa tarde fue como una película de terror”, aseguró.
Las lágrimas brotaron: “Me fui llorando, sentí mucha tristeza, mi familia bajó a consolarme”, contó.
Lo que sucedió en La Bombonera “es algo que no se puede explicar, creo mucho en Dios, sé que a veces pasan estas cosas para que uno no baje los brazos, no los bajo, sigo luchando por hacer lo que me apasiona, sé que el título va a venir”, aseguró.
Ese día Rubén quiso quitar a Vuoso y patear él el balón: “En forma de broma dije -sacó a Matías y pateo yo el penalti decisivo-”, rio.
El Toro erró, pero la amistad no se fracturó: “No tengo ningún problema con nadie, esto es futbol, pasan estas cosas, cualquiera puede fallar penaltis, yo mismo fallé, con Matías tengo una excelente relación, nos hemos juntado un par de veces en Guadalajara para comer un asado, lo que sucedió fueron cosas del destino”,
Luego de meter tres tiros seguidos, la suerte les cambió: “Teníamos dos oportunidades para anotar y luego Fernando Arce falló en la muerte súbita, tres errores seguidos”, dijo.
Esa espina “ya salió, de hecho al siguiente torneo volvimos a llegar a una final, por supuesto que esa en Toluca fue amarga, pudo haber cambiado el rumbo de mi carrera”, narró.
LA LLAVE A LA SELECCIÓN
Si Rubén se coronaba esa tarde en La Bombonera su siguiente paso era el Tricolor: “De haber conseguido ese título, después llegar a otra final consecutiva y Toluca no haber calificado, sabemos perfectamente que siempre el técnico del momento es el que tiene una opción para estar en la selección, entonces ese final pudo haber cambiado el rumbo de mi carrera, pero no, estoy tranquilo, preparándome para esperar nuevamente una oportunidad e ir en busca de ese título que se me ha negado, he llegado a seis finales, cuatro de liga y dos de Concacaf”, expresó.
EL TÍTULO TIENE QUE LLEGAR
Rubén es persistente, puede caer, pero vuelve a levantarse: “Me he entregado al futbol, soy honesto, creo que he entregado buenos trabajos en todos los equipos en los que he estado, pero sigue faltando la cereza del pastel”, aseguró.
Romano sabe que “el título va a venir, no tengo dudas, me estoy preparando para buscarlo”, dijo.
