Con la tecnología de Google Traductor

Mira

26, mayo 2020 - 12:39

┃ Brian Sales

20130513_3726

Foto: Mexsport

Un día como hoy, pero de hace 30 años, Puebla levantó el título de Liga de la mano de Roberto Ruíz Esparza, Carlos Poblete, Pablo Larios, Chepo de la Torre y el ‘Chícharo’ Hernández. Fue el último reconocimiento de Liga que la Franja logró, gracias a una inteligente combinación entre experiencia y ambición. Roberto Ruíz, quien fungió como defensa de aquél puebla Campeonísimo, recuerda cómo fue que se le dio al grupo el poder ganar el título de Copa México, el de Liga y el Campeón de Campeones. Para él, el máximo responsable fue Manuel Lapuente y su inteligencia para armar y sobrellevar el grupo, antes que cualquier destello de algún jugador.

Recibe toda la información deportiva en tu celular, envía ALTA y suscríbete a nuestro newsletter en WhatsApp

“El papel más importante lo jugó Lapuente, porque armó el equipo, nos hizo jugar de la manera a la que el plantel le convenía”, confesó el ahora ex jugador en charla exclusiva con ESTO. “Teníamos un ataque muy rápido. Éramos muy verticales y frontales porque teníamos plantel para eso. En cuanto recuperábamos el balón, ya teníamos los espacio. Manolo fue la clave para que el grupo camina unido y de forma humilde. En un equipo así, donde se pueden sentir figuras, debe haber un técnico con personalidad. Eso fue clave, gracias a su experiencia supo manejar al equipo. Manolo no quería ser superlíder ni estaba jugando para ser primero, él estaba jugando para llegar enteros a la Liguilla, y así llegamos”, complementó el referente poblano.

Ya en el aspecto del grupo, Roberto Ruiz se deshizo en elogios hacia sus compañeros de la temporada 89-90, plantel al que recuerda como un equipazo que era una máquina de hacer goles, lo cual los llevó a alzar el título pese a los tropiezos que tuvieron en Liguilla.

“Ese torneo llegó Pablo Larios de Cruz Azul, gracias a Lapuente. Regresó Arturo Álvarez, llega Javier Hernández, el ‘Chepo’ de la Torre. Llegó a principio de temporada Romero Romerito, pero su rendimiento no fue tan importante y trajeron a Edivaldo Fonseca, que había venido con la selección brasileña al Mundial del 86”, recordó. “El aporte que daban fue increíble. Todas las salidas de Larios fueron relevantes. Volaba de poste a poste y nos salvó de muchos goles en los momentos más complicados. El ‘Chícharo‘ hizo goles importantes, como los dos goles en semifinales contra Pumas. Cuando el equipo lo requería, ahí estaban. También hizo el gol que nos levantó en la final para ir a ganar el partido. Edivaldo dio muchos pases de gol y era un jugador muy habilidoso. Teníamos llegada por derecha y por izquierda. Cuando se cansaban los de arriba, entraban relevos de calidad”, añadió.

No le podemos negar los entrenamientos a Renato: Herrera

Roberto, quien jugó infiltrado toda la Liguilla, recapituló al final del primer partido de los cuartos de final de aquél entonces, cuando cayeron a manos Correcaminos y un directivo de la Franja bajó a regañarlos al vestidor, aunque a todos sorprendió la revelación de Manuel Lapuente.

“El día que jugamos contra Correcaminos en Liguilla, perdimos y jugamos muy mal, pero cuando entramos al vestidor estaba Emilio hablando fuerte en el vestidor, pero Manolo tomó la palabra y le dijo que no: ‘así no le hablas a mis jugadores. Te pido que salgas y nos dejes solos’. Nos dio la confianza, y nos dijo que íbamos a remontar en casa. Pudo habernos regañado, pero tuvo confianza en el equipo. A partir de ahí, el equipo era una máquina. Algo relevante que nos decía Manolo” si nos meten tres, hacemos cuatro”, y estaba todo el equipo consciente”, finalizó.