28, mayo 2020 - 8:03
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Por equipos en los que jugó y logros en Europa durante casi 10 años, es innegable que la carrera de Javier Hernández se ubica entre las más exitosas para un futbolista mexicano fuera del país. Basta con señalar clubes como Manchester United y Real Madrid para comprender que Chicharito fue en su momento un ‘9’ de primer nivel.
Cinco títulos en el Viejo Continente: Dos Premier League, dos Community Shield y un Mundial de Clubes, llenan las vitrinas del atacante, pero queda la espina de aquella Champions League 2010-11, en la que se ‘imaginó cosas chingonas’ y sólo el implacable Barcelona de Pep Guardiola contuvo a los Red Devils.
Aquel sábado 28 de mayo de 2011, el tercero en la dinastía de los Balcázar se convirtió en el segundo mexicano que disputó una final del torneo más importante de clubes -Rafael Márquez lo hizo en 2006-. A pesar de que el búlgaro Dimitar Berbatov fue el campeón de goleo en la liga inglesa, Sir Alex Ferguson apostó por ‘CH14’ para que formara dupla en el ataque con Wayne Rooney en la cancha de Wembley.
Días después un dolido Berbatov habló de su sentir por la decisión del estratega: “Estaba desilusionado y avergonzado porque fui excluido del plantel. No puedo esconder mis emociones y no quería que la gente viera mi tristeza”.
El partido comenzó con un Javier Hernández un tanto desubicado en el campo; en 21 minutos le marcaron tres fuera de lugar. Barcelona tuvo las más claras y al 27’ Pedro Rodríguez le dio la ventaja.
A pesar del asedio culé, los Red Devils se las ingeniaron para empatar en una gran jugada de acompañamiento entre Ryan Giggs y Wayne Rooney que culminó con un derechazo del ‘Niño Malo’.
La magia de Lionel Messi y una definición de categoría de David Villa sentenciaron el encuentro. El United y Chicharito poco pudieron hacer y el Barcelona se llevó la ‘Orejona’.
Los blaugranas doblegaron al mejor Manchester United de la historia en palabras de David Beckham, quien días antes del duelo aseguró: “están ahí con el mejor plantel del United de todos los tiempos, la prueba es la serie de trofeos que han ganado”.
El primer año del mexicano en Europa culminó con un agridulce sabor de boca; por una parte se coronó en la Premier League, pero cayó en la final de la Champions League. Lo cierto es que en pocos meses creció su prestigio en el futbol de élite y se ganó la confianza de un legendario estratega como Sir Alex Ferguson.
Años más tarde José Mourinho, otro entrenador de primer nivel, destacó las virtudes del nacido en Guadalajara: “Chicharito siempre sería bienvenido en mi equipo porque es un jugador que no necesita muchos minutos en la cancha para meter un gol”.
