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2, junio 2020 - 8:07

┃ José Luis Camarillo

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Foto: Archivo ESTO

Una mandíbula rota no es motivo para frenar a un guerrero, como Óscar Valdez -el más reciente- y el inmenso Muhammad Alí, que se bebieron su propia sangre para continuar en el ring y no experimentar la vergüenza de perder por nocaut.

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Valdez, no obstante, se impuso al irlandés Scott Quigg, quien además le llevaba ventaja en peso, cuando el sonorense defendía su corona mundial pluma de la WBO.

Alí, que arriesgaba el trono pesado de la NABF en su primer choque con Ken Norton, perdió por veredicto dividido, pero con el orgullo intacto de no quedarse en el banquillo.

Raúl ‘Ratón’ Macías era monarca mundial gallo de la NBA en 1955, cuando sufrió ese mismo percance físico al darle la revancha, en pleito no titular, al estadounidense Billy Peacock, en una contienda que el ídolo tepiteño se vio forzado a abandonar las acciones en tres episodios, pero en cuanto sanó volvió a la senda victoriosa y no volvió a fracasar hasta aquella noche triste en que cedió un fallo dividido contra Alphonse Halimi, en 1957.

Era su segundo duelo con Peacock, al que Macías ya había derrotado.

El mexicano era el dominador nuevamente, hasta el percance narrado. “Sentí que se me caía la quijada”, platicaba Raúl.

Otro de nuestros ídolos, Rubén ‘Púas’ Olivares, tuvo fractura en uno de sus maxilares al obtener el pase para la final de los Guantes de Oro capitalinos; sin embargo, cobijado por el astuto mánager Arturo “Cuyo” Hernández, logró la autorización médica para combatir.

La recomendación era que tenía que ganar rápidamente y así lo hizo, para coronarse campeón.

El ‘Púas‘ se hizo profesional y deslumbró a todos con el manejo de su mano izquierda hasta convertirse en doble campeón del mundo de peso gallo y pluma.

El acapulqueño Isidro ‘Sid’ Pérez afrontó ese problema contra el tapatío Willy Salazar, un rival que llegaba con 12 derrotas encima pero era dueño de una sólida pegada.

El ‘Sid‘ cayó por KOT en cinco asaltos derivado, por su lesión, pero no tardó en rehacer su carrera y capturar la diadema mosca de la WBO.

El estadounidense campeón olímpico de Los Ángeles 84, Pernell Whitaker, a la postre tetracampeón del mundo profesional, es el mismo que con su guardia zurda y boxeo ultradefensivo llevó a JC Chávez a un discutido empate en septiembre de 1993, cuando Pernell era el soberano welter el WBC.

Whitaker se sumiría también en problemas de drogadicción y regresó en 1999, solamente para perder contra el tremendo icono boricua Félix Trinidad.

En ese pleito, Whitaker padeció de una quijada rota, pero se las ingenió para terminar de pie las 12 rondas, si bien sus aspiraciones campeoniles terminaron bruscamente para siempre.

La noche en que el norteamericano Tim Austin se coronó jerarca mundial gallo de la IBF, se sumó a los púgiles con un maxilar averiado seriamente, y aún así venció al sudafricano Mbulelo Botile, por la vía de los puntos.

El terrible golpeo de Botile quedó confirmado al enviar años más tarde al hospital al púgil británico, Paul Ingle, con un coágulo cerebral del que afortunadamente el europeo salió con vida.

Valdez desoyó consejos de su equipo

Todavía se impresiona uno al mirar las fotografías que muestran a Óscar Valdez en una camilla, con la boca aún sangrante, antes de ingresar a la ambulancia que lo llevó al hospital con su mandíbula fracturada. Se le miraba sonriente, satisfecho por su épica victoria por decisión unánime en 12 rounds sobre el británico Scott Quigg, quien le hizo semejante daño desde el cuarto episodio.

Valdez reveló que se tragaba la sangre que emanaba de la consecuente herida bucal, para evitar que el réferi se diese cuenta y pudiera ordenar la detención del combate en que Óscar realizaba otra defensa del fajín mundial de la WBO y de ese modo conservó su condición de invicto.

El sonorense, único púgil mexicano en asistir a dos Juegos Olímpicos (Beijing 2008 y Londres 2012), platicó que su padre, el ex peleador del mismo nombre, le aconsejó no aceptar la pelea después que Quigg se negó a eliminar el sobrepeso. A esa recomendación se unieron su mánager, Frank Espinoza, y su entrenador, Manny Robles, pero Valdez siguió adelante.

El ‘Ratón’ regresó a operarse en México

Las fotografías que ESTO publicó en su tiempo, muestran a Raúl ‘Ratón’ Macías descender del avión que lo trajo desde Los Ángeles, California, con el rostro parcialmente vendado e inflamado, luego de perder lo invicto contra Billy Peacock.

Macías se había negado a ser intervenido quirúrgicamente en un centro médico de California. El público, que llegó a extremos de adoración hacia él, se congregó de forma multitudinaria para darle un afectuoso recibimiento, sin importarle el resultado.

El ‘Ratón’ nunca perdía el buen humor. Décadas más tarde nos contaba que “lo más duro de tener la mandíbula alambrada, era a la hora de estornudar”.

Isidro ‘Sid’ Pérez también se pasó algunos meses con la quijada inmovilizada por alambres. En una entrevista que le hicimos en el restaurante La Taberna, que regenteaba Daniel Lamazón (hermano del hoy popular Lama, comentarista boxístico), vimos cómo se le antojó una milanesa napolitana y solucionó el asunto de no poder masticar al pedir que “se la dieran licuada”, en lo cual fue complacido.

Alí regresó para lograr “lo imposible”

El calendario 1973 aparentaba ser el que podría marcar un final abrupto de la carrera del inmenso Muhammad Alí. El 31 de marzo de ese año se enfrentó al hercúleo Ken Norton en defensa del cinto de peso completo de la NABF y no solamente experimentó su segundo tropiezo como profesional (sólo Joe Frazier lo había superado), ahora por decisión dividida en 15 asaltos, sino que del cuadrilátero se dirigió a un hospital de San Diego, California, para ser sometido a cirugía en su mandíbula rota.

El 10 de septiembre del mismo año, en El Fórum de Inglewood, California, Alí se vengó de Norton, un marino de San Diego, por la misma vía del fallo dividido, en otro desgastante encuentro.

El reinante monarca universal pesado era George Foreman, mismo que, contra los pronósticos había destronado a Joe ‘Smoking’ Frazier, en choque de invictos, mediante una devastante obra de demolición con seis caídas en solamente dos capítulos.

Mayweather pagaría el funeral de George Floyd

Alí desafió a Foreman el 30 de octubre de 1974, en la legendaria cartelera “Rumble in the Jungle”, en Kinshasa, y ante la sorpresa mundial noqueó a ‘Big George‘ en ocho asaltos para recobrar el campeonato que le habían quitado siere años antes, por negarse a ir a la Guerra de Vietnam.

El Superman Negro, como se le llama en una canción en honor a Alí, sostuvo un tercer duelo con Norton, en 1976 ante un lleno en el Yankee Stadium, con triunfo por puntos para el héroe de Louisville.

Gene Kilroy, mánager de Norton, afirmaba que éste visitó a Alí en el hospital, tras aquella fractura de mandíbula, y el herido le prometió no volver a pelear contra él. Ya vimos que no fue así, porque ambos completaron una de las trilogías más grandes de peso completo.

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