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28, junio 2020 - 12:29

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salazas

POR HÉCTOR REYES

Los hermanos Salazar, Rodrigo, Óscar e Iridia, así como su esposo Gessler Viera rindieron un homenaje luctuoso virtual a su papá Reinaldo Salazar con la impartición de una clase, en donde mostraron desde el origen de la primera forma, la importancia de la técnica y estrategia en la estructura del combate libre, hasta la esencia de lo que es el taekwondo, a ocho días de la partida a consecuencia del Covid-19.

La clase de los Hermanos Salazar se enfocó a la búsqueda del legado y la visión del entrenador que fue reconocido por el Premio Nacional de Deportes por las medallas olímpicos de sus hijos Óscar e Iridia, durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en donde se observó la experiencia y depurada técnica, el aprendizaje que recibieron de su papá en el homenaje en donde se hizo el recorrido de su vida a través del álbum fotográfico que conservó.

Iridia, al final no pudo contener el llanto al leer la carta que le escribió en la que iba a ser su primera participación durante el Campeonato Mundial de Taekwondo, a los 15 años, en 1997, en donde le dijo que la verdadera fuerza se encuentra en la mente: “Tú vienes de una familia que tiene casta de campeones, tú decide dónde quieres estar, en la fila de los campeones o en la fila de los derrotados”.

A 50 años ya en México, el taekwondo ha logrado cosas importantes, ha echado raíces y marcado el camino de miles de personas, el taekwondo ha logrado ya trascender. Esta es la misma visión, la misma búsqueda que deseaba encontrar Reinaldo Salazar.

Óscar Salazar, actualmente radicado en Egipto como entrenador nacional, luego de haber sido responsable de la selección juvenil de nuestro país, habló de su padre, desde que formó parte de la segunda generación de maestros y practicantes de taekwondo, a partir de crear el propio destino a través del pensamiento de Ghandi.

Estos maestros tenían como principal objetivo la continuidad de la enseñanza y difusión del arte marcial coreano, como lo hizo la primera generación, pero añadiendo que también tenían la labor la práctica del taekwondo como deporte y así lo mostraron este domingo la dinastía Salazar y la familia del taekwondo que se sumó a la clase.

“La visión de mi padre, como la de muchos otros maestros, fue siempre que mediante la práctica del taekwondo como arte marcial se lograría tener una mejor sociedad, una sociedad con valores y creencias muy firmes que nos haría crecer como seres humanos, mediante la práctica del taekwondo como deporte alcanzaríamos la fama, lo cual haría que más personas lo practicaran y por ende un crecimiento más acelerado de la disciplina y la práctica del arte marcial”, apuntó.

Así definió el aprendizaje que recibieron los hermanos Salazar y los alumnos de su padre:

Él estaba convencido que por medio del taekwondo seríamos mejores personas, por medio del taekwondo podríamos tener un mejor estilo de vida, con menos dificultades y con más oportunidades de éxito.

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Él siempre estuvo convencido de que por medio del taekwondo las personas como individuos podrían trascender, dejar huella y un legado. Este legado no para buscar más fama y dinero, sino que por medio de este mismo legado poder llegar a más personas a pesar de no estar presente y así poder encontrar paz, sanación, redención, perdón y al final una vida eterna con Dios.

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