Foto: Cruz Azul

Ignacio Rivero sueña en grande. Fueron suficientes seis días, desde que llegó a la Ciudad de México con las maletas cargadas de ilusión, para ser empapado por la mística cementera y tener claro que hace más de 22 años en Cruz Azul no se gana un título de Liga.

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El mediocampista no se presiona y, por el contrario, tiene claro su objetivo en la capital. Justo en el día de su presentación oficial como refuerzo celeste, manifestó con un sentimiento lleno de fervor, su confianza en que más pronto que tarde, La Máquina tendrá en sus vitrinas la novena estrella, esa misma que han buscado por más de dos décadas y no han logrado.

“Es duro, hace muchos años no se gana, pero en algún momento terminará esa racha negativa y por qué no creer que será ahora el momento adecuado para eso”, expresó en videoconferencia.

“El objetivo esta trazado y es muy claro que es levantar la Copa. Todos queremos eso, lo anhelamos con muchas ganas, sabemos que debemos trabajar mucho para eso. Es un proceso que puede tener muchas adversidades, pero estoy seguro que saldremos adelante, hay que confiar, creo que hay buen plantel para conseguir los objetivos”, añadió con autoridad.

Con dos años de experiencia en el futbol mexicano, sabe que en el torneo de nuestro país puede pasar cualquier cosa. “Sólo queda trabajar duro, vamos a ir partido tras partido, hay que hacer un gran torneo, entrar directo a Liguilla, será bueno hacerlo en un torneo en el que todo puede pasar, pero trabajaremos para que suceda”, expresó.

Nacho no pretende estar de paso en La Noria, así como tantos futbolistas lo han hecho. Con 29 años de edad, de ahora en adelante quiere dejar en lo más alto a la institución que apostó por él.

“Eso no pasa por mi cabeza (ser uno más), quiero quedarme acá mucho tiempo, esto es un día a día, si haces las cosas bien tarde o temprano llega la recompensa. Vamos a durar mucho tiempo en el club y dejarlo en lo más alto posible”, reveló su sueño.

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Rivero está consciente de la grandeza de Cruz Azul. Un club que conoce desde que era joven, gracias a su participación en la Copa Libertadores y a la que vio en 2001, con apenas ocho años, en la final ante Boca Juniors. “Es un club grande, desde chico me tocaba verlo en copas internacionales, un equipo muy conocido. Estando en Tijuana jugando de local contra ellos salía a calentar y estaba todo el estadio lleno de azul, eso habla de la magnitud de este club”, finalizó.