La especialista en aguas abiertas Martha Sandoval, acompañada por su entrenador Pablo Salas, declaró que la pandemia por Covid-19 es una prueba más en nuestras vidas y no ha dejado de prepararse para regresar con mayor fuerza en el 2021, aunque al principio pensó que podría tomarlo como un descanso activo en su casa.

“Porque había sufrido un accidente automovilístico antes de la pandemia y sentí que fue una oportunidad de prepararme mejor para el selectivo, yo pensé que se iba a posponer un mes, pero ha sido mucho mayor de lo que esperábamos todos y se atrasó todo un año”, expuso la sirena bajacaliforniana que estudia ingeniería industrial en el CETYS, en Mexicali.

Durante el ciclo de conferencias organizadas por el Instituto de la Cultura Física y Deporte de Baja California (INDEBC), la deportista se replanteó sus metas una vez que dé comienzo a la nueva normalidad. Al inicio de la pandemia realizó diferentes actividades de gimnasio, pero al paso del tiempo compró una alberca y una liga para poder entrenar en casa.

“No podíamos parar y buscamos todas las alternativas para sacarle el lado positivo a esta contingencia”, puntualizó Martha Sandoval, a la espera de la apertura de la Ciudad Deportiva en Mexicali y el acceso de manera gradual, en la que espera ser de las primeras en hacerlo al considerar que el trabajo en la alberca se tiene menor riesgo.

La competencia que tenía en puerta Martha era el selectivo de Quintana Roo para integrar el equipo que asistiría al preolímpico de Fukuoka, en Japón el 30 de mayo y de ahí el objetivo lograr el boleto para los Juegos Olímpicos y además de las Copas del Mundo que se tenían como parte del fogueo.

Martha comenzó la natación en el 2007, logró su primera medalla de oro en la Olimpiada Nacional en Veracruz en el relevo 4 x 100 libres, en la categoría infantil B, de 11 y 12 años. Ese mismo año participó en un Campeonato Centroamericano en Puerto Rico y desde entonces no ha dejado el deporte de alto rendimiento.

En el 2013, en la Olimpiada Nacional de Tijuana incursionó en las aguas abiertas gracias a su desempeñó previo en Acapulco, en su primera vez que nado en el mar, donde sufrió mucho, en los primeros metros. Luego vivió las experiencias internacionales como fue el Campeonato Mundial Junior en Singapur o el Pan Pacific en Hawaii, en el 2015.

La nadadora de 21 años abrió su mente y vio que todas las personas se esfuerzan para cumplir una meta para llegar a Juegos Olímpicos y lograr un nivel mayor tenía que dar más de sus propias posibilidades en comparación a sus adversarias en el mundo.

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Desde que fue medallista de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Barranquilla, el octavo lugar en los Panamericanos de Lima, sin dejar pasar la experiencia de dos mundiales en Hungría y Corea del Sur, la experiencia le devolvió el anhelo de seguir en el deporte, en una etapa en la que había decidido renunciar. (Héctor Reyes)

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