Por: Carlos Raúl Martínez y Rubén Beristáin

FOTO: CORTESÍA PEÑA ATLANTISTA

La Peña Atlantista del General Núñez fue la más feliz al enterarse de que los Potros de Hierro regresaban a la Ciudad de México. José Manuel Núñez, hijo de quien fuera dueño del cuadro azulgrana en los años 50, y líder actual de este grupo de animación del Atlante le dio la bienvenida “hoy más que nunca. Hoy, que regresa a su casa, a su origen, la Ciudad de México”.

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Y es que el mismo líder de la agrupación se expresaba cada vez que podía en el sentido de “que en Cancún el Atlante no tiene arraigo el equipo. Este equipo nació aquí en el DF (CDMX) y es aquí donde debe jugar. Ojalá que regrese y lo podamos ver de nuevo en casa”.

De hecho, José Manuel Núñez, de 84 años de edad, cuenta con una gran colección de trofeos, playeras, fotografías, souvenirs de los triunfos y logros de los Prietitos y en un momento pensó en hacer un Museo del Atlante, porque a esta escuadra la lleva en la sangre.

“El atlantismo lo llevo por herencia. Soy orgullosamente del Atlante. Mi Padre (el General Núñez) murió con una bufanda con los colores que nunca se destiñen y yo moriré con estos colores encima también, son mi vida”, dijo a ESTO.

SENTIMIENTO PROFUNDO

Por su parte, Javier Lazcano, quien fuera jugador de los Potros de Hierro en los 70s y mano derecha del hijo del General Núñez, indicó que el retorno a la capital del país es sinónimo de alegría para los miles y miles de seguidores que añoraban que su escuadra retornara a su lugar de origen.

“El Atlante es un sentimiento profundo en el corazón de sus seguidores, por sus colores, por su gente y ahora que regresa a la capital es como el Ave Fénix, que renace de entre las cenizas”, para brillar como antes lo hizo, señaló Lazcano.

“No sabemos quiénes van a jugar, ni cómo será Mario García como técnico con el Atlante; es más, ni conocemos a la directiva, pero lo único que pedimos es que todos sientan y se la jueguen a muerte por estos colores que nunca se destiñen, como lo han hecho generaciones atrás”, indicó.

El acercamiento con los nuevos dirigentes azulgrana es algo que “pedimos para apoyarlos en lo que podamos, les demos aliento a ellos y a los jugadores en esta nueva etapa en la Ciudad de México. Las distintas porras del Atlante, que luego se congregan en la Peña Atlantista, tenemos todas las ganas de que el equipo renazca en la CDMX, aunque no haya ascenso en varios años, pero que juegue bien y representen dignamente estos colores”, dijo Javier.

Además, citó a uno de los grandes de la locución en México, el Sr. Ángel Fernández: “Viendo jugar a mi Atlante, se me salta el corazón, porque sus colores azulgrana, sangre de mi pueblo son” y también a Juan Villoro, al referirse al sentimiento de un aficionado azulgrana, pues “el estadio es el lugar donde busca la victoria que la vida le ha negado en toda la semana” y “vaya que el Atlante nos ha dado muchas satisfacciones”, finalizó Javier Lazcano.

QUIEREN PINTAR EL ESTADIO

Desde que se enteraron de que el Atlante regresaba a la capital del país y que volvería a jugar en el estadio de la Ciudad de los Deportes, la distintas porras del Atlante quedaron de acuerdo en que si una fábrica de pinturas lo patrocinaba, ellas pondrían la mano de obra para volver a pintarlo de azulgrana, cosa que hasta este momento es proyecto, pues no ha habido acercamiento de la directiva para hacerlo realidad.

SU CASA LOS ESPERA

La capital se pintará de azulgrana nuevamente, así como en antaño. El arraigo y abolengo de los Potros de Hierro, generado en cuatro distintas etapas, volverá por quinta vez al estadio de la Ciudad de los Deportes, ya que este recinto fue su hogar en los periodos de 1947-57, 1983-89, 1990-96 y 2000-02, es decir por casi 25 años.

En el estadio Azteca lo hicieron 24 años, mientras que en Ciudad Universitaria fueron 11 más, lo que da un total de 57 años en la CDMX. Además de 13 en Cancún, uno en Querétaro y otro más en el Estado de México.

El viejo inquilino hará su aparición más renovado que nunca y con la ilusión intacta e inequívoca de regresar a Primera División, aunque por ahora se conformarán en un certamen que no permitirá el ascenso en varios años.

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Atlante buscará renacer las glorias vividas en el Coloso de la Avenida Insurgentes, donde vio la primera luz y ganó dos títulos de Liga (1946-47 y 1992-93), de los tres que tienen en total, (el otro fue en 2007). Dicho recinto, que también volverá a la vida después de dos años, se tiene previsto volverlo a llamar Azulgrana para recordar viejas hazañas.

La popularidad que ganaron fue hecha en la CDMX, cuando todavía era llamado Distrito Federal. El Caribe mexicano perderá, pero la metrópoli principal de nuestro país se volverá a emocionar con los relinchos y galopes del Potro.