La clavadista sudcaliforniana Aranza Vázquez Montaño superó a la doble medallista olímpica Paola Espinosa apenas por 30 décimas en el trampolín de los tres metros, durante el Control Técnico de Primera Fuerza celebrado en el CNAR antes de que cerrara sus puertas, para ganarse su lugar a la Copa del Mundo de Tokio, a celebrarse del 23 al 28 de febrero junto con la tapatía Melanie Hernández.

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Desde el pasado 16 de junio, la clavadista que este mes cumple 18 años, regresó a los entrenamientos, con la sensible pérdida de su entrenador de origen cubano Yunieski Hernández, quien a pesar de que no se encontraba bien de salud, ya que le habían extirpado unos tumores en la cabeza, iba dos o tres veces por semana para observar a sus pupilos.

“En mi caso y para muchos fue más que un entrenador, fue como nuestro segundo papá, nos enseñó muchísimas cosas que no están ayudando en la vida como la responsabilidad y la disciplina. Cuando supimos de esa enfermedad si nos pegó duro, pero siempre estuvo trabajando con nosotros a la distancia”, declaró la clavadista que ha participado en tres Campeonatos Mundiales Juveniles.

Los entrenadores Yoandy Núñez y Denisse González se hicieron cargo del equipo y le dieron continuidad al trabajo realizado y el resultado del Control Técnico la motivó para pensar en el reto que le espera el próximo año como una de las promesas de los clavados en la prueba de trampolín, en la cual trabaja un nuevo clavados para subir su grado de dificultad.

“Fue el demostrarme a mí que sí podía estar ahí, si me merecía un lugar en el equipo nacional, ya no estaba tan lejos de ellas, que podía pelear un lugar para entrar a Juegos Olímpicos; el resultado indicó que no estaba tan lejos, si puedo llegar a su nivel y ya no falta para estar con ellas (las olímpicas Paola Espinosa, Melanie Hernández y Dolores Hernández)”, expresó Aranza sobre la experiencia que vivió en febrero pasado.

La prueba como finalizó fue emocionante, sabía cómo estaban las cosas, si ella fallaba o Paola fallaba cualquiera de las dos iba a quedar arriba, “si estaba muy concentrada, pero sabía que no podía fallar ningún clavado yo, que si quería el lugar tenía que hacer todo bien”. Días después la Federación Mexicana de Natación respetó su lugar para la Copa del Mundo.

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