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26, julio 2020 - 8:05

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POR MARYSOL FRAGOSO

Los diestros que a consecuencia de ejercer su profesión sufrieron una cornada que les provocó perder el globo ocular o la visión en alguno de sus ojos no son mártires, son un ejemplo de vida. De hecho, han dado lecciones de vida, algunos incluso dictaron cátedra cada vez que volvieron a pisar un ruedo tras el percance y se alzaron como triunfadores.

“Los toreros tenemos un amor propio desmedido y no queremos pasar desapercibidos. Perder el ojo fue un impacto brutal, física y mentalmente. Pienso que Dios y el toro me lo han dado todo y no me lo iban a quitar. Dios me dejó volver a los ruedos para pisar los terrenos que pisaba antes de la cornada”, reconoció el matador Juan José Padilla.

Tras haber perdido un ojo en 2015 y luego de haber superado el trance que estuvo a punto de costarle la vida, tomó un segundo aire. SU carrera remontó, para nunca más volver a bajar de nivel. Se retiró en la Plaza México, el 16 de diciembre de 2018. Aquella noche cortó una oreja, mientras el público entonó en su honor la canción Cielito Lindo, un hecho inédito en el máximo coso del país.

Ese fue el colofón de la carrera del más mediático de los toreros que han perdido un ojo: Juan José Padilla, quien transformó el sino que sufrió en la plaza española de Zaragoza, para con dignidad y orgullo, plantarse un parche negro en la zona del ojo que perdido y convertirse en El Pirata Padilla. A partir de entonces, su valor y entrega a toda prueba lo convirtieron en héroe de las multitudes. Su caso se cuece aparte ya que existen otros toreros que han sufrido un percance semejante, volvieron a torear, al tiempo que afrontaron el reto de manera diferente.

Una cornada que le costó un ojo fue la que sufrió el poblano José Rubén Arroyo, durante su etapa novilleril mientras se preparaba en una ganadería, cuando se recuperó logró obtener la alternativa y torear algunas corridas. El capitalino Juan Luis Silis resultó herido gravemente por un toro en la plaza de Pachuca, Hidalgo, y estuvo al filo de la muerte por varios meses. El pitón que le penetró el cuello, le lesionó un ojo, por fortuna, a pesar de la larga travesía por quirófanos recuperó la vista.

ATANASIO VELÁZQUEZ

La prometedora carrera del matador morelense Atanasio Velázquez fue truncada en enero de 2007 cuando se dirigía a una ganadería. Producto de ese accidente automovilístico, resultó con tres fracturas de cráneo, cervicales, clavícula, costillas, nariz y rodilla. Durante cinco semanas se debatió entre la vida y la muerte. Salió del trance, pero no volvió a caminar.

A partir de entonces se volcó de lleno a la crianza del toro de lidia, en la ganadería que en 1957 había fundado su abuelo. La vida le cambió, sin embargo, no lo derrotó. Practicó el baloncesto en silla de ruedas, se hace cargo del rancho y cuando le apetece da rienda suelta a su vocación al torear una becerra en el tentadero.

“Es muy importante para mí seguir toreando y demostrar que los toreros podemos sobreponernos siempre. Doy gracias a Dios que me da la fortuna de volver a torear vacas de la ganadería donde nacía”, afirmó en octubre de 2019, desde el rancho El Rosedal, en Yecapixtla, Morelos.

TOREROS QUE HAN PERDIDO UN OJO O LA VISIÓN A CAUSA DE UNA CORNADA A PARTIR DE LOS 80´S Y QUE VOLVIERON A TOREAR

AÑO      NOMBRE

1983      Lucio Sandín

1991      Luis de Pauloba

1994      Javier Vázquez

1997      José Rubén Arroyo

2011      Juan José Padilla

2013      Juan Luis Silis*

2019      Paco Ureña

2019      Javier Cortés **

*Recuperó totalmente la visión

**Ha recuperado el 60 % de la visión.

FICHA

ATANASIO VELÁZQUEZ

MATADOR DE TOROS

Nombre completo: Sergio Atanasio Velázquez Armendariz.

Nacimiento: 30 de septiembre de 1980 en en Yecapixtla, Morelos.

Alternativa: 5 de diciembre de 2004, en San Buenaventura, Coahuila

Padrino: Humberto Flores. Testigo: Rafael Rivera

Ganadería: Valparaíso

Confirmación en La México: 5 de marzo de 2006.

Padrino: Manolo Mejía. Testigo: Enrique Espinoza.

Ganadería: Brito.

 La Fiesta Brava no tiene para cuándo volver

Torean con el alma

La vocación por el toreo también alcanza a los aficionados tal es el caso del hidrocálido Luis Eduardo Téllez, quien nació con un mal congénito, sin embargo, siguiendo el ejemplo de su ídolos, es decir los toreros, este joven de 20 años, no descansó hasta cumplir su sueño de torear una becerra y lo logró con el apoyo de su paisano el matador Joselito Adame, quien lo recibió el año pasado en su cortijo. Joselito y su cuadrilla lo invitaron a torear y le dieron indicaciones técnicas y consejos para que lograra un gran desempeño.

La capitalino Mariana Sánchez García nació prematuramente, con sólo cinco meses de gestación, debió pasar varios más en una incubadora, y ella relata que eso le hizo perder la visión. Sin embargo, al lado de su abuela que escuchaba las corridas de toros por la radio, se enamoró de la fiesta brava. Su afición la ha llevado a tomar clases de toreo y con el apoyo de algunos toreros como Rodrigo El Breco, ha toreado en un cortijo del Estado de México.

PODCAST ESTO | Racismo y discriminación en el deporte

Ambos jóvenes han encontrado en la fiesta brava su motivo más grande para seguir adelante y mantenerse en pie. Consideran que esta actividad “es incluyente como ninguna otra”.