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Un golazo del argentino Lautaro Martínez certificó este martes el triunfo 2-0 del Inter de Milán contra el Nápoles, rivales europeos respectivamente del Getafe y del Barcelona, y colocó al equipo milanés en la segunda posición con un punto de ventaja sobre el Atalanta a falta de una jornada para que concluya la Serie A.

El mexicano Hirving Lozano disputó 15 minutos y recibió una tarjeta amarilla. El ex del PSV ingresó al minuto 75′ en sustitución del italiano Matteo Politano.

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Lautaro saltó al campo en la reanudación por el chileno Alexis Sánchez y celebró su decimocuarto gol liguero del año, lo que permitió al Inter llegar con ventaja de un punto al choque directo de la última jornada contra el Atalanta, tercero y ganador este mismo martes ante el Parma (2-1).

El “Toro” sentenció el encuentro con una gran acción personal empezada en el centro del campo y culminada con un derechazo desde más de treinta metros que fulminó al meta italiano Alex Meret (m.74), después de que Danilo D’Ambrosio adelantara al cuadro milanés en la primera mitad (m.11).

El delantero interista celebró su gol de forma polémica, al hacer un gesto referido a quienes le criticaron en las últimas semanas por un bajón en su rendimiento. El de este martes fue su segundo gol en los doce partidos disputados tras el parón sanitario.

Fue un triunfo globalmente merecido para los hombres de Antonio Conte, que pudieron marcar más de no toparse con una buena prestación del meta Alex Meret, quien negó un gol al croata Marcelo Brozovic.

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El Inter terminará su temporada este sábado con un exigente cruce directo con el Atalanta, contra el que le valdrá el empate para ser segundo, antes de poder concentrarse en la cita con el Getafe del próximo 5 de agosto en el Veltins Arena de Gelsenkirchen (Alemania).

Por su parte, el Nápoles se quedó séptimo, pero ya está seguro de jugar la próxima Liga Europa al ser campeón de la Copa Italia.

El equipo de Gennaro Gattuso se medirá el próximo 8 de agosto con el Barcelona en el Camp Nou en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, tras el 1-1 de la ida, jugada en febrero en el estadio San Paolo napolitano.